viernes, 12 de junio de 2009

Los Siete Espíritus Peores



Hay un pasaje en la Biblia que, cuando se lo lee con cierta atención y no como mayoritariamente acostumbramos a hacerlo, que no se diferencia demasiado al modo de leer el periódico, tiene algunas aristas que, por lo menos, se hace indispensable repasar, profundizar, estudiar más.
(Mateo 12: 43)= Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo halla.
(44) Entonces dice: volveré a mi casa de donde salí; y cuando llega, la halla desocupada, barrida y adornada.
(45) Entonces va, y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y entrados, moran allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero. Así también acontecerá a esta mala generación.
A nadie le caben dudas que sería muy nocivo expresar conceptos u opiniones que puedan sembrar la desconfianza, la duda o la sospecha dentro de una congregación. Sería como sembrar la discordia entre hermanos, algo que según la Palabra, desagrada a Dios. Sin embargo, la Biblia presenta hechos muy puntuales que se refieren al trigo y la cizaña, a los lobos vestidos de ovejas, a la infiltración de falsos hermanos y hasta la presencia de asalariados usurpando el lugar de los pastores genuinos. ¿Qué haremos con esta advertencia, con esta palabra? ¿Seguiremos ignorándola, soslayándola de nuestros mensajes? La estatura del varón perfecto, es la madurez del pueblo, y para que el pueblo sea maduro, necesitará ser ministrado con una palabra también, madura.
(Hechos 20: 29)= Porque yo sé que después de mi partida (Está hablando Pablo en Mileto) entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, (Preste mucha atención. No dice “En los alrededores de vosotros”, dice “En medio”) que no perdonarán el rebaño. (Esto le dice que van a entrar a destruir, a aniquilar)
(30) Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas (Esto implica hablar cosas torcidas) para arrastrar tras sí a los discípulos. (Entienda bien: no le está diciendo que van a venir de la calle a hablarnos barbaridades; está diciendo que se van a levantar de entre nosotros. ¿Cuáles o quiénes, entonces, serán estos lobos rapaces?)
(Mateo 13: 38)= El campo es el mundo; (Es decir: la sociedad secular) la buena semilla son los hijos del reino, (Estos son los creyentes) y la cizaña son los hijos del malo (¿Hará falta aclarar quien es el Malo?)
(39) El enemigo que la sembró es el diablo. (¿Y qué ocurre con una semilla sembrada? Al principio no se ve, pero luego germina, brota de la tierra, crece y se transforma en un árbol voluminoso. Además, generalmente alguien la siembra, alguien la riega y alguien la cuida. También ese es un reino) La siega es el fin del siglo (Siglo es Cosmos y equivale a Sistema. Quiere decir que la cizaña será segada, arrancada y quemada cuando llegue a su fin el sistema del mundo y se caiga para siempre. Ahora observe a su alrededor el sistema globalizado que opera mayoritariamente: ¿Cree que falta mucho?) Los segadores son los ángeles (Está claro: no son ni los pastores, ni los evangelistas, ni los profetas, ni los apóstoles ni los maestros; son los ángeles, esos mensajeros que operan bajo las órdenes directas de Dios.)
(40) De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será el fin de este siglo.
(41) Enviará el hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, (42) y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.
(43) Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su padre. El que tiene oídos para oír, oiga.
Olvide ahora, por un momento, por favor, ese romanticismo vernáculo de doradas espigas de trigo y paralelos casi perfectos que son cizaña. Estamos en guerra. Estamos hablando de una quinta columna satánica levantada dentro mismo de la iglesia. Estos son los lobos rapaces vestidos de ovejas de los que habla la Biblia. No van a venir desde afuera, van a levantarse, (Si es que no se han levantado ya) dentro de la iglesia para confundir y llevar al error al pueblo con una palabra humanista, científica, filosófica o social. Sin embargo, no es algo privativo de este tiempo. Ya los hubo antes. Acompañan al pueblo de Dios desde su origen. En los tiempos de Pedro, ya eran visibles.
(2 Pedro 2: 1)= Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aún negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina.
(Verso 15)= Han dejado el camino recto, y se han extraviado siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el premio de la maldad.
(2 Pedro 3: 3)= Sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias, (4) y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación.
(Verso 15)= Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, (16) casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras escrituras, para su propia perdición. (Está hablando de gente que tuerce la Palabra. ¡Qué tiempos aquellos! ¡Menos mal que hoy ya no quedan torcedores de la palabra! ¿Verdad?)
Alrededor del año 60 después de Cristo, se desarrollaba la historia de Pablo. Allí también se veían estas vicisitudes que históricamente rodearon y acompañaron la vida de la iglesia. Mire: primero, Figelo y Hermógenes apostataron de la resurrección; después salieron Himeneo y Fileto diciendo alegremente que la resurrección ya se había producido: Lo abandonó Demas primero, Crescente después y Tito por último. Alejandro el calderero le causó muchos males. Dice en 2 Timoteo 4: 15 y 16: Alejandro el calderero me ha causado muchos males; el Señor le pague conforme a sus hechos. Guárdate tú también de él, pues en gran manera se ha opuesto a nuestra palabra. Se ha opuesto a nuestra palabra. Quiero recordarle que Alejandro no era un incrédulo satanista inconverso, era uno de la misma iglesia. Y termina Pablo en este texto diciendo, en el verso 16: En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon, no les sea tomado en cuenta. Cuando se hable de lobos rapaces vestidos de ovejas, recuerde esto que vivió Pablo. Y a lo que tampoco fue ajeno Juan.
Él dice, a quien quiera oírlo, que se levantaron muchos anticristos, (Aunque nosotros hayamos estudiado que era uno y que estaba naciendo no sé donde) Gente que niega al Padre y al Hijo, ¡Adentro de la iglesia! También dice que se levantaron muchos falsos profetas y nos enseña que no debemos creerle a todo espíritu, sino que debemos probarlos. Que se han levantado muchos engañadores que no sólo hacen su obra de maldad los domingos en el culto, sino que incluso, muchos de ellos han salido por el mundo. Me pregunto si no serían predicadores itinerantes, que iban de iglesia en iglesia, predicando falsa doctrina y recibiendo los viáticos y una ofrenda de amor. Habla de Diótrefes, que es un modelo, una especie de prototipo de aquellos líderes que creen ser los dueños de la iglesia y que no sólo ni recibe a los hermanos que no le agradan sino que, incluso, les prohíbe una serie de cosas y, si no obedecen, los expulsa. Sí señor, también en la época de Juan la cosa venía muy complicada. No es un problema solamente suyo, mi hermano.
Tal como se puede ver, durante estos ungidos ministerios, ya había cierta declinación moral y espiritual dentro de la iglesia. No es que eso se haya inventado en este tiempo. Y mucho menos que el diablo tenga más poder. Eso es lo que él quiere que creamos. El diablo siempre tendrá tanto poder como usted y yo le podamos permitir o brindar. Pero la Palabra dice que Dios conoce a los que son suyos. En aquellos tiempos y ahora, da lo mismo. Los que corrompían la iglesia, eran aquellos que no tenían el sello de Dios; sólo eran miembros de una congregación cristiana. Himeneo, Fileto, Demas, Alejandro, Diótrefes, no tenían ese sello. Ninguno de ellos tenía el fundamento firme de Dios. Cada uno era el misterio de la iniquidad dentro de la iglesia. Todos eran lobos rapaces y cizaña. Los que no se contaminaron, fueron los que invocaron el nombre de Cristo, del ungido de Dios, apartándose de iniquidad.
Pero ¡Animo! Dice la Palabra que las puertas del Hades no prevalecerán contra la iglesia. Eso quiere decir que por más que la batalla venga fuerte, la edificación siempre va a vencer a la corrupción en el final de esta historia. Aquel que no se deja edificar, tarde o temprano se va a caer porque no podrá soportar la corrupción interior y, la falta de sustento espiritual, lo dejará a merced del enemigo que, como sabemos, no vacila en asesinar incluso a todos los que trabajan para él. La meta del Espíritu Santo en nuestro interior, es rescatar a la iglesia de ese espíritu de corrupción moral y espiritual que se presenta en los tiempos finales.
Ahora bien: presentados todos estos inconvenientes que de ninguna manera son inventados, sino que todos sabemos que hoy están ahí, conviviendo con tantos y tantos siervos fieles y de corazón recto, no podemos menos que preguntarnos: ¿Qué puedo o qué debo hacer para no caerme en corrupción o para no ser salpicado por ella, si existiera donde me toca estar? Hay siete espíritus. Siete espíritus peores que es necesario erradicar. Todos tienen sustento anticipado en la Palabra. Aquí se los voy a presentar para que usted sepa, por lo menos, cómo y contra quién es esta guerra. La historia nos muestra que, cuando los soldados de un ejército saben por qué es la guerra en la que están metidos, el éxito siempre tiene mayores posibilidades. Nuestra guerra es similar; debemos saber por qué y contra quién peleamos. Por ese motivo es que vamos a ver ahora esos siete espíritus peores que llevan a la corrupción moral de la iglesia.