sábado, 16 de agosto de 2008

El amor cristiano

Trasfondo Bíblico: 1 Corintios 13:1-13
Verdad Central: El amor es la virtud cristiana más grande y necesaria.
Texto Áureo: Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor (1 Corintios 13:13).
Objetivos:
1. Reconocer el amor como el motivo fundamental en todos los aspectos de la vida cristiana.
2. Modelar las expresiones del amor siguiendo el ejemplo dado por Cristo.
Bosquejo
I. El amor es importante
A. El camino más excelente
B. Sin amor no hay nada
II. Las características del amor
A. La definición de Dios del amor
B. Sufre, cree, espera, soporta
III. El amor es eterno
A. En parte y completo
B. Lo terrenal y lo celestial
Introducción
En medio de su enseñanza sobre los dones espirituales. Pablo insertó una lección sobre la naturaleza del amor de Dios que tiene su propio capítulo aparte, 1 Corintios 13. Se conoce como el "capítulo del amor". Ágape es una palabra que muchos cristianos reconocen.
El tema del amor es tan importante que Pablo describió en detalle cómo Dios lo ve.
Al enfatizar tanto el amor. Pablo no estaba menospreciando la importancia de los dones; se dirigía a los cristianos cuya carnalidad y falta de entendimiento espiritual les hacía olvidar el motivo de los dones. Tenían que entender que el motivo de cualquier manifestación espiritual es muy importante, y que el único motivo aceptable es el amor. Los dones más espectaculares perderán su valor si se practican con orgullo. Si la persona que manifiesta un don tiene celos, dureza, indecencia o enojo, no aprovechará nada para sí ni para los demás. Estas eran palabras fuertes para una congregación dividida por su apego a maestros humanos. Sin embargo, la gente que se comportaba indecentemente en las reuniones de comunión necesitaba una exhortación así. El mensaje no tiene límite de tiempo, porque el amor es un tema que se debe proclamar en la Iglesia una y otra vez.
Comentario Bíblico
I. El amor es Importante (1 Corintios 13:1-3)
A. El camino más excelente
Pablo hizo una transición cuidadosa de la enseñanza sobre los dones espirituales al tema del amor. El último versículo del capítulo previo presenta una nueva clase de enseñanza. Algunos que creen que los dones espirituales ya no están en operación dirían que 1 Corintios 12:31 y 13:1 quieren decir que es mejor tener amor que practicar los dones. Tal interpretación de las Escrituras es incorrecta.
Pregunta: ¿Por qué fue necesario que Pablo incluyera una enseñanza sólida sobre el amor con sus instrucciones sobre los dones espirituales?
Pablo quería que los corintios tuvieran tanto los dones espirituales como el amor. No es un caso de decidir entre, los dos. El amor es el "camino" más excelente" porque ayuda a descubrir cuáles son los "dones mejores". El amor muestra cuáles son los dones de mayor beneficio a otros. El capítulo 13 es una transición entre el 12 (donde parece que algunas personas deseaban los dones para mejorar su imagen) y el 14 (donde el apóstol trata de la confusión en cuanto al uso de los dones espirituales.)
B. Sin amor no hay nada
El tema que sobresale en 1 Corintios 13 es que sin amor, todo es inútil, inclusive los dones espirituales. Pablo hablaba en sentido figurado usando una hipérbole o exageración deliberada para recalcar algo, citando las alturas más extremas a las cuales los dones espirituales pueden llevar al creyente, y luego diciendo que sin el amor estos dones espirituales no serán útiles. Pablo citó los diversos dones de lenguas, profecía, ciencia, fe y ayuda, describiendo su uso con muchos detalles. En cada caso, él declaró que el don no tendría valor si no fuere motivado por el amor.
Con el don de lenguas. Pablo podría hablar no sólo en lenguas humanas sino en las de ángeles, pero si no tenía amor, su voz seria como los sonidos ásperos y desagradables de alguien que golpea un pedazo de metal o hace sonar los címbalos. La palabra griega traducida "resuena" se traduce "bramido" en Lucas 21:25, que es el otro versículo donde se encuentra en el Nuevo Testamento. Allí se refiere al sonido fuerte de las olas del mar. La palabra traducida "retiñe" significa "dar campanadas".
En el capítulo 14 Pablo respaldó el don de profecía, pero en el 13 declaró que no seria nada si no practicaba ese don con amor. Dios le había revelado numerosos misterios a Pablo, como se sabe, de pasajes como 2 Corintios 12:1-6. Mas aún había misterios que Pablo no conocía. Aunque Dios le revelara todos los misterios, no seria nada si carecía del amor.
El apóstol tenía mucho conocimiento y también fe. No decía que hubiera alcanzado el nivel más alto, pero aunque fuera así, no le ayudaría si carecía del amor. No habla de la fe salvadora sino más bien del don de fe que obra milagros. Pablo aparentemente había oído la enseñanza de Jesús de que la fe puede mover montañas (Mateo 17:20; 21:21), pero sin amor, tal maravilla no tendría ningún valor.
Pregunta: ¿Qué otro motivo aparte del amor puede hacer que la gente dé a los pobres?
Dar al pobre produce la admiración de todos, pero si un individuo iba al extremo de dar todo lo que tenia para alimentar a los pobres por orgullo o posición social, no tendría recompensa de Dios ("de nada me sirve").
La historia de la Iglesia está llena de relatos inspiradores de mártires. Pablo lo fue, pero aun el ser quemado en la hoguera o sufrir algún otro tipo de martirio no tendría significado si el mártir no tuviera amor.
En este capítulo, se examinan los motivos. Dios considera no sólo lo que hacemos sino la razón para hacerlo. Los dones espirituales pueden usarse para llamar la atención y el conocimiento para mejorar una situación. Aun la generosidad financiera puede ser inspirada por otros motivos y no por el deseo de ayudar. Las personas que quieren llamar la atención a si mismas pueden usar una experiencia de sufrimiento para alcanzar ese fin. No importa cuan grandes parezcan las acciones a los ojos del hombre, Dios mira al corazón para ver si el motivo es el amor a El y los demás
II. Las características del amor (1 Corintios 13:4-7)
A. La definición de Dios del amor
Como un diamante de muchas facetas, el amor tiene muchos aspectos. No se puede definir en pocas palabras. En los versículos 4-7 el Espíritu Santo da una descripción del amor que Dios desea ver manifestado en sus hijos. Algunas características del amor se presentan en forma positiva y explican lo que es el amor. Pablo enfatizó lo que el amor no es.
"El amor es sufrido, es benigno." En griego, la palabra traducida "sufrido" significa de "buen genio". También se traduce "paciente", "paciencia", o "pacientemente". La palabra usada en Lucas 18:7 es "tardará", y "paciente" en 2 Pedro 3:9.
Esta calidad de amor le dará al cristiano la capacidad de soportar con paciencia y sin reproche periodos largos de maltrato. El que es "sufrido" no se enojará ni se sentirá frustrado cuando los tiempos de prueba y tribulación sean largos.
La bondad tiene mucho que ver con la paciencia. Si las personas son poco amables es porque se les acaba la paciencia y se desquitan de su frustración usando palabras o acciones fuertes.
Pregunta: ¿Cómo se relacionan la jactancia y la envidia?
"El amor no tiene envidia... no es jactancioso, no se envanece." Estas tres cualidades se relacionan de tal manera que una parece llevar a la otra. La envidia es casi un sinónimo de la codicia, que se prohíbe en el décimo mandamiento. Pablo la pone en la misma categoría de la idolatría (Colosenses 3:5) porque implica adorar las cosas materiales como si fueran ídolos. Una persona llena de amor puede ver a otros gozando de las cosas materiales y sentirse feliz por ellos, en vez de sentir rencor y desear riquezas para si solamente.
A veces la jactancia exagerada viene de la envidia. El que se jacta quiere comunicar el mensaje: "Yo soy mejor que esa persona no importa lo que tenga." Los que se jactan frecuentemente lo hacen sin pensar en los sentimientos de los demás. El amor pone freno a tal comportamiento para no hacer daño a otros con los elogios egoístas.
El amor mantiene la estima o amor propio bajo control. La persona que tiene amor no desea parecer más importante que otros ni rebajarlos.
El amor "no hace nada indebido", es decir, no es descortés; tiene buenos modales. El amor reconoce que el comportamiento rudo y áspero ofende a otros, y los que tienen amor lo evitan.
El amor "no busca lo suyo." No es egoísta. Los que tienen amor se preocupan verdaderamente del bienestar y la comodidad de otros.
El amor "no se irrita, no guarda rencor." No se enoja ni se frustra muy pronto. El amor no deja que la persona pierda la paciencia. De la palabra griega que se traduce "irrita" viene "paroxismo", o sea emociones o acciones violentas. Se traduce "enardecía" en Hechos 17:16 donde se refiere a la conmoción en el espíritu de Pablo por la idolatría de Atenas.
"No guarda rencor" quiere decir que el amor no toma nota de las injusticias, ya sean verdaderas o imaginarias. La persona controlada por el amor no ve ofensa ni insulto en cada acción o palabra de otra persona. El creyente controlado por el amor no interpreta todo para mal, especialmente lo que otros dicen de él o sus acciones respecto a él.
El amor "no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad". Cuando alguien está lleno de amor no disfruta al oír de los pecados de otros ni de los chismes. El amor encuentra su gozo cuando se exalta la verdad y las personas viven de acuerdo a las normas de Dios. Los que están llenos de amor preferirían hablar de estas situaciones en vez de pensar en historias en que se resalta la conducta impía.
B. Sufre, cree, espera, soporta
El amor "todo lo sufre". La palabra griega traducida "sufrir" es sinónimo de "soportar" en 1 Corintios 9:12 donde Pablo dijo que se abstenía de recibir ayuda financiera de la iglesia para no poner obstáculo al evangelio. La idea es la de soportar algo a costo personal. El amor ayuda a limitar los legítimos derechos para hacer la obra del Señor. Al soportar todas las cosas uno también controla sus sentimientos bajo presión.
Pregunta: "Todo lo cree" ¿implica creer todo lo que le cuenten a uno?
El amor "todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta". Creer todas las cosas no implica ser crédulo. En este contexto parece decir que el amor no es sospechoso ni cínico. Hace el esfuerzo por creer lo mejor, no lo peor, de los demás.
La capacidad del amor para mantener viva la esperanza hace que los creyentes sean alegres y optimistas, viendo el propósito de Dios en cada situación.
Soportar significa permanecer firme durante el sufrimiento o desgracia sin darse por vencido. El amor da fortaleza y fe durante las pruebas para ver la mano de Dios en todo. Por esta razón no se lucha con amargura contra las circunstancias desagradables.
Al considerar cómo el Espíritu Santo define el amor, hay que reconocer que todas estas características estaban presentes en el carácter de Jesús. En efecto, estos versículos lo describen en sus relaciones con los demás.
Hay cristianos que son verdaderos modelos del amor divino,' pero el ejemplo perfecto es Jesucristo.
III. El amor es eterno (1 Corintios 13:8-13)
A. En parte y completo
En estos versículos, Pablo contrasta el amor con las cosas temporales aunque necesarias. La palabra griega que aquí se traduce "deja de ser" se usa en Santiago 1:11 cuando dice que "la hierba se seca, su flor se cae". El amor nunca se marchitará ni se caerá.
Los tres dones espirituales mencionados en el versículo 8: Profecía, lenguas y ciencia, representan los dones mencionados en 1 Corintios 12:7-11. Por el momento son necesarios, pero vendrá el día cuando habrán cumplido su función y dejarán de ser.
Pregunta: ¿En qué sentido es nuestro conocimiento actual sólo "en parte"?
En esta época, la profecía, las lenguas y la interpretación no pueden dar un discernimiento espiritual completo. Por ahora sólo se puede conocer en parte. El conocimiento será completo sólo "cuando venga lo perfecto". Esto ocurrirá cuando Jesús regrese y complete el plan de Dios. La perfección se alcanzará sólo en el cielo. Allí no habrá necesidad de los dones espirituales. Su ministerio es para la época de la Iglesia y no tendrá propósito en el cielo, pero Pablo no menospreciaba el uso de los dones espirituales. Son útiles y valiosos, pero sólo durante la época presente.
B. Lo terrenal y lo celestial
La comparación entre las experiencias terrenales y lo que espera en el cielo es como la diferencia entre las experiencias de un niño y un adulto. Se olvidan las cosas que parecían muy importantes en la niñez o a veces se recuerdan con una sonrisa en la edad madura.
Pregunta: ¿Por qué es nuestro panorama actual como el reflejo que recibimos de un espejo empañado?
Pablo también comparó el presente y el futuro refiriéndose a los espejos, que en su época eran de metal pulido. Aun los mejores espejos de esos días no reflejaban una imagen muy clara. La palabra enigma viene de la palabra griega traducida "oscuramente". En esta vida sólo se ven reflejos enigmáticos, pistas incompletas de lo que el futuro ha de ser, pero en el cielo todo será diferente. Cuando el creyente vea al Señor cara a cara, lo conocerá como El conoce al creyente, aunque jamás podrá compararse con Él.
En esta vida se halla el sustento en la fe, la esperanza y el amor. En el cielo ya no habrá necesidad de fe y esperanza, porque la fe se convertirá en lo que se ve y la esperanza será realizada, pero, ¿faltará amor en el cielo? Por supuesto que no. Las escenas de ese hogar eterno jamás dejarán de estar saturadas por el amor. Por eso Pablo dijo que el amor es mayor que la fe y la esperanza.
Los cristianos anhelan ver el día cuando la niñez espiritual quede atrás y se llegue al hogar eterno donde la madurez espiritual sea real. El valor de lo temporal debe reconocerse "porque tiene su lugar en el plan de Dios para el futuro, pero hay que poner la mirada en lo eterno. Los creyentes deben andar por la fe, sostenidos por la esperanza y sus acciones motivadas por el amor.
Aplicación
A través de la historia, la palabra "amor" ha sido interpretada mal por los que tienen pensamientos camales. Se puede ver la inferioridad de la perspectiva del mundo en la definición que Dios da del verdadero amor en 1 Corintios 13. El amor desempeña un papel tan importante en la relación con Dios y los demás que sin él todos los esfuerzos son inútiles. Los dones espirituales más visibles no pueden reemplazar el amor. Las obras más nobles pierden su significado si no son inspiradas por el amor.
Al comprender las características del amor de Dios, puede que se produzca el desánimo ante una norma que parece inalcanzable. Con la fuerza natural es imposible expresar fielmente el amor de esa manera, pero el amor es parte del fruto del Espíritu. No es algo que se puede crear ni adquirir por la fuerza de la voluntad diciendo: "Voy a tener amor." La clase de amor que describe este capítulo fluye sólo del Espíritu Santo. Es la clase de amor que Jesús tiene y crecerá en el creyente mientras viva en Él y se rinda al Espíritu. Cuando hay amor, no se anuncia. Todos lo ven en lo que hace y dice el que ama.

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viernes, 15 de agosto de 2008

EL AMOR AL PROJIMO

El amor al prójimo
Fondo Bíblico: Levítico 19:13, 18, 33,34; Mateo 22:37-40; Romanos 1:14; 13:8-10; Gálatas 6:9,10
Verdad central: El amor a Dios nos permite amar a nuestro prójimo.
Texto áureo: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor. Romanos 13:9,10
Bosquejo
I. El mandato de amar a otros
A. Tratando al prójimo como a uno mismo
B. Dos grandes mandamientos ti.
II Compasión por todos
A. Pagando una deuda
B. Haciendo lo bueno
III. Demostrando amor
A. El amor y la ley
B. El resumen de todos los mandamientos
Objetivo
Saber lo que significa amar al prójimo, y demostrar ese amor hacia toda persona por medio de las buenas obras.
Introducción
La parábola del buen samaritano es una historia querida y conocida que habla de cómo tratar al prójimo. Según la interpretación habitual, el hombre que fue golpeado y robado es el prójimo, y el prójimo se define como cualquier persona que necesita ayuda.
Pero parece que Jesús puso más énfasis en el hecho de que el prójimo fue el que ayudó a la víctima. Después de contar la parábola, Jesús le pregunta al abogado escéptico: "¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones?" (Lucas 10:36). El prójimo es el que tiene compasión de la persona necesitada y le ayuda. Así que la pregunta es: "¿Somos buenos prójimos o no?"
Comentario Bíblico
I. El mandato de amar a otros Levítico (19:13, 18, 33,34; Mateo 22:37-40)
A. Tratando al prójimo como a uno mismo
El pasaje en Mateo nos hace entender que aun cuando las estrictas reglas de la Ley estaban en pie, el principio fundamental de la vida para el seguidor de Dios, era el amor divino. La ley no fue escrita para el hombre justo, sino para los "transgresores y desobedientes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos..." (1 Timoteo 1:9).
Traten al extranjero "como a un natural de vosotros" Moisés les dijo a los israelitas. Tal mandamiento era demasiado para un israelita, quien sabía que su propio pueblo era escogido por Dios. Los gentiles alrededor de ellos eran paganos. El mandamiento demuestra que Dios nunca quiso excluir a los que no eran judíos de tener comunión con El. Fueron los judíos quienes pensaron que ellos eran los únicos que recibirían la misericordia de Dios. Por lo tanto, creían que sólo ellos eran dignos de recibir privilegios especiales.
Pregunta: ¿Por qué debían los israelitas tratar a los extranjeros (los gentiles) mejor de lo que los extranjeros los habían tratado a ellos?
Los israelitas debían tratar bien a los extranjeros porque (1) los israelitas habían sido extranjeros en Egipto y sabían bien lo que era quedar excluidos, y (2) el Señor era su Dios. Puesto que Jehová es un Dios de amor y compasión, su pueblo debía mostrar los mismos atributos. El mandamiento de amar a otros todavía está vigente hoy.
Si el cristiano ama como Dios quiere y con la plenitud del Espíritu Santo para amar, naturalmente guardará los mandamientos y las limitaciones de Dios concerniente al trato de los demás. El que sinceramente ama a su prójimo no lo oprimirá ni le engañará, no le pagará mal por mal y no guardará ningún rencor contra él.
B. Dos grandes mandamientos
Estos mandamientos de amar a Dios y amar al prójimo son inseparables. El amor por los demás depende de nuestro amor a Dios; y nuestro amor a Dios se demuestra por nuestro amor por los demás (1 Juan 4:20 al 5:2). Sin embargo, los dos mandamientos son distintos.
Amar a Dios, como lo describe el Nuevo Testamento, no es algo normal para el hombre. La naturaleza con que nacimos nos hace enemigos de Dios (Lucas 19:11-14; Juan 3:20; Romanos 5:10; Colosenses 1:21). Amar a Dios como Jesús manda en Mateo 22:37 (Deuteronomio 6:4,5) debe ser la respuesta del hombre al amor que Dios tiene por él. Dios ama a todo el hombre: su corazón, su alma y su mente. Por lo tanto, se espera que el hombre ame a Dios con todo su ser.
El amor por los demás depende del amor que Dios nos mostró a nosotros de antemano. `Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros» (1 Juan 4:11). El amor del cristiano por los demás refleja el amor de Dios por nosotros. El Espíritu Santo es el que hace que el amor de Dios por nosotros se convierta en amor por otros (Gálatas 5:22).
Pregunta: ¿Cree usted que Dios espera que amemos a nuestros prójimos aun cuando es difícil amarlos? Si es así, ¿cómo la hacemos?
Romanos 5:5 nos presenta otra forma de demostrar el amor de Dios por otros a través de nosotros. Dios no espera que amemos a otros sin su ayuda. El amor con que amamos a los demás es en verdad el amor de Dios que rebosa en nuestros corazones para contagiar a otros. Es el amor de Dios visto a través de nosotros. A través de la oración, Dios nos da amor por otros cuando nos resulta imposible amarlos sin su ayuda.
II. Compasión por todos Romanos 1:14; Gálatas 6:9,10
A. Pagando una deuda
Pregunta: ¿Qué quiso decir Pablo en Romanos 1:14 cuando dijo que era un deudor? ¿Acaso somos deudores como Pablo?
Así como el amor de Dios se recibe para demostrarlo a los demás, también la comisión de predicar el evangelio a toda criatura fue para Pablo una deuda que le debía a cada hombre, mujer y niño. No le importaba de qué nacionalidad o cultura fueran sus oyentes.
Los "sabios" y "no sabios" son otra forma de decir "griegos" y "no griegos". Pablo quería que toda persona, sin importarle su nacionalidad o educación, escuchara la Palabra de Dios. Pablo les estaba escribiendo a los griegos, cuya civilización había dado al mundo muchos logros intelectuales y artísticos. Al mismo tiempo, quiso informarles que él también tenía el deber de llevar el evangelio a otros pueblos, "a los no griegos". Aunque "no griegos" se define como razas no civilizadas, Pablo usó el término para decir, a otros además de griegos. Pablo pudo haber incluido a los "ricos" y a los "pobres", a los "fuertes" y a los "débiles", a los "jóvenes" y a los "ancianos". De cualquier manera que se clasificaran, Pablo les debía la oportunidad de escuchar el mensaje del evangelio.
Tal es el espíritu misionero que todavía palpita en los corazones de creyentes dedicados. Ya sea ir en persona con el mensaje, ya proveer las finanzas para que otros vayan, la obligación aún esta presente. Así como a Pablo se le había encargado predicar el evangelio a otros pueblos, a nosotros se nos ha encargado la misma tarea. Les debemos el evangelio a los perdidos. En verdad, es una deuda que debe pagarse.
B. Haciendo lo bueno
Hacer el bien puede ser un trabajo agotador. Es fácil desanimarse, perder interés en nuestra tarea, o aun 'fiarse por vencido. El incentivo para hacer el bien es esencial.
En Gálatas 6:9, Pablo proveyó el incentivo en su selección de comparaciones. Hacer el bien es semejante a la siembra del grano en el campo. No veremos los resultados de la siembra inmediatamente, pero "a su tiempo segaremos, si no desmayamos».
Si el sembrador se cansa de tirar la semilla y sólo siembra la mitad del campo, sólo cosechará la mitad. Si queremos una cosecha completa de buenas obras, debemos sembrar y tener paciencia como el sembrador que espera el "precioso fruto de la tierra" (Santiago 5:7). Muchos cristianos son como los niños: quieren sembrar la semilla para luego cosecharla ese mismo día.
Pregunta: ¿Qué será nuestra cosecha si no nos cansamos de sembrar buenas obras?
Pablo no especificó qué cosecha recibiría el creyente si fielmente seguía sembrando buenas obras. Pero sabemos que las buenas obras, hechas como para el Señor, producirán una buena cosecha. Pueden traer consuelo y alivio a la gente necesitada. Pueden causar que un pecador acepte a Cristo como su Salvador; puede ser una cosecha que trae noticias de gran gozo al cielo y al que cosecha. Hacer buenas obras puede detener el deterioro moral de la sociedad, y hacer que nuestras comunidades sean mejores lugares para vivir (1 Timoteo 2:1-4). Al final, el cielo recompensará al que hace buenas obras por el fiel servicio que hizo en la tierra.
El bien que debemos hacer a toda persona se cumple por medio de la obra del Espíritu Santo en nosotros. Sólo al tener una relación vibrante con el Señor podrán nuestras vidas producir mucho fruto que permanecerá por la eternidad.
La exhortación de hacer el bien es más específica al final de Gálatas 6:10: "Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe." Mientras es nuestro deber hacer el bien a todos, estamos obligados a hacer el bien y bendecir a los hijos de Dios y a los hermanos en la fe. La frase, "a todos" indica que el amor cristiano no tiene limitaciones. La mención de "la familia de la fe" sirve para reiterar que la prioridad del amor cristiano es suplirlas necesidades de otros creyentes.
Es lamentable cuando el mundo ve que el creyente carece de las necesidades básicas. Tales circunstancias parecen sugerir que Dios no es capaz de cuidar a su pueblo. Pero en realidad, mucho del cuidado de Dios por nosotros se ha delegado a otros cristianos. Nuestra compasión debe extenderse hacia todos los que influyamos, más aun a otros creyentes, demostrándoles nuestra firme dedicación a la ley del amor. A medida qué suplimos las necesidades de otros creyentes, también estaremos creando un ambiente que atraerá a otros a la familia de Dios.
III. Demostrando amor Romanos 13:8-10
A. El amor y la ley
Pregunta: ¿Es cierto que el mandato de no deber nada a nadie significa que toda persona que compra una casa con dinero prestado está violando las instrucciones bíblicas?'
En una parábola, Jesús habló de un rey que perdonó una deuda de 10.000 talentos a un siervo que luego rehusó perdonar la deuda de 100 denarios a otro siervo. En ninguna parte denuncia Jesús el hecho de que había una deuda. "No debáis a nadie nada" podría explicarse como: "Uno no debe rehusar pagar sus deudas para estar al corriente."
El verdadero énfasis de Pablo no estaba en la deuda monetaria. Al llamar la atención al concepto de deudas, quiso hacer hincapié en el gran deber que tiene cada creyente de amar a otros. Con el tiempo, el cristiano debe cancelar toda deuda monetaria, pero la gran deuda de amar a otros siempre debe continuar. Jamás llegará el momento en que ya no se necesita amar.
El que ama a los demás ha cumplido con la ley (v. 8). Todos los mandamientos sobre las relaciones entre personas se resumen en un solo mandamiento: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo" (v. 9). Si verdaderamente amas a una persona, jamás querrás matarla o adulterar con su cónyuge, tampoco robarás su bolsillo, mentirás o codiciarás sus bienes. Así que, el amor cumplirá la Ley, no destruyéndola, sino guardando cada mandamiento de la Ley, motivado por el amor más bien que por el deber.
B. El resumen de todos los mandamientos
Pregunta: Si alguien desobedece los mandatos de Dios, ¿de qué carece?
Ya se ha dicho que el amor cumple la ley en forma positiva, proveyendo la motivación positiva para obedecer los "no harás" de la ley. Una verdad relacionada con esto debe notarse: Desobedecer cualquier mandato de Dios es evidencia de que el amor que Dios requiere no está presente.
El amor no hace daño al prójimo. Un comentario perfecto sobre esta verdad se encuentra en otro pasaje inspirado por el Espíritu y escrito por Pablo: 1 Corintios 13. El amor es sufrido con el prójimo, y benigno. No es jactancioso ni se envanece, sino que pone al prójimo primero (v. 4). El amor no busca lo suyo, sino el bien de su prójimo (v. 5); hasta se olvida de sí mismo, y piensa sólo en el bienestar de los demás. No se irrita con su prójimo, y desea el bien antes que el mal para los demás (13:5); cree lo mejor de su prójimo en vez de lo peor.
La suma de todos los mandamientos que tratan con la forma en que nos llevamos con los demás se resume en una palabra: AMOR. Demostrar este amor cumple con toda la Ley.
Aplicación
Es difícil que nuestro amor a Dios sea tal que nunca desobedeceremos sus mandamientos. Por lo que conocemos de nuestros sentimientos, emociones y reacciones, parece imposible alcanzar o manifestar un amor perfecto. Pero Dios sabe que no podemos lograrlo. Es una obra de gracia, una obra del precioso Espíritu Santo. Dios ha prometido cumplir esa obra en nosotros, si se lo pedimos y permitimos que lo haga.
Aunque la obra es completamente de Dios, no estamos absueltos de toda responsabilidad. No podemos culpar a Dios si no vemos su amor demostrado en nuestros corazones. Cuando vemos imperfecciones en ese amor que demostramos, sólo podemos culparnos a nosotros mismos y a nadie más. No hemos permitido que Dios haga todo lo que El quiere hacer en nosotros.
Haga un voto de cumplir con su obligación de permitir que el Espíritu Santo desarrolle en usted una medida plena de su fruto. Ore específicamente que ese amor perfecto sea formado en su vida. Habrá momentos cuando parece que Satanás está multiplicando sus esfuerzos para impedir que usted sea transformado a la imagen de Cristo. Pero crea, la obra de Dios siempre está progresando.
Al mismo tiempo que le está pidiendo a Dios que cumpla en usted su obra, empiece a orar por el prójimo. La oración de intercesión consiste en orar por los demás. Al pedirle a Dios que lo bendiga y prospere - en forma física, material, y espiritual - notará que la obra del Espíritu Santo en usted le hará amar más a su prójimo.
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jueves, 14 de agosto de 2008

EFECTO DEL PECADO

Efecto del pecado
Verdad Central: La caída del hombre es la razón de todo el sufrimiento humano.
Texto Áureo: Así que, como por la trasgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. (Romanos 5: 18)
Trasfondo Bíblico (Génesis 3:1 -4:26; Romanos 5:12,18)
Bosquejo
I. El pecado separa de Dios
A. Anatomía del pecado
B. Resultado del pecado
II. El pecado destruye las relaciones
A. Diseminación del pecado
B. Separación de Dios
III. Dios salva del pecado
A. Esperanza en la desesperación
B. Triunfo de Cristo
Objetivo
Reconocer que la caída del hombre es la razón de todo el sufrimiento humano, y recibir por fe la misericordia y la gracia de Dios.
Introducción
Aunque algunas plantas parezcan inocuas, pueden ser venenosas. El tocar plantas que parecen inocuas como la hiedra venenosa puede dar por resultado irritación de la piel. Las personas y los animales pueden morir por ingestión de algunas plantas venenosas.
En el medioevo, las plantas venenosas fueron armas que se emplearon para destronar reyes o contaminar los suministros de agua para acelerar la derrota de un enemigo.
Aunque el veneno en esas plantas puede ser invisible, no obstante tienen un poderoso, y a veces mortífero, efecto para quienes las ingieren.
Esta lección analiza el origen del pecado, un veneno que entró sutilmente en la raza humana por medio de Adán y Eva. El efecto de su pecado trascendió su época y afecto a toda la humanidad.
Comentario Bíblico
I. El pecado separa de Dios (Génesis 3:1)
A. Anatomía del pecado
A menudo la gente trata de justificar su pecado culpando a su herencia genética o a sus circunstancias. Pero el primer pecado lo cometieron en el paraíso las dos personas creadas por Dios.
En el huerto. Adán y Eva vivían en un estado de inocencia y de ininterrumpida comunión con Dios. No había pecado alguno. Pero Satanás tentó a esa primera pareja, y ellos desobedecieron a Dios trayendo sobre todos sus descendientes la maldición del pecado. Su trasgresión fue el modelo para todo pecado.
Pregunta: ¿Cómo sedujo Satanás a Eva para que desobedeciera a Dios?
Observe la sutil tentación de Satanás (Génesis 3:1). Al adoptar la forma de serpiente, el diablo enmascaró su maldad sembrando la duda acerca de la orden de Dios y su motivo.
Pregunta: ¿En qué se parece la respuesta de Eva a la orden de Dios en Génesis 2:16,17?
La respuesta de Eva parece mostrar que el plan de Satanás estaba dando resultado. Eva añadió "ni le tocaréis" a la orden, algo que Dios no había dicho (véase Génesis 3:2,3).
Después que Satanás abrió la puerta de la duda, le resultó fácil mentir abiertamente. Le dijo a Eva que no moriría como había dicho Dios (v. 4). Según Satanás, Dios estaba privando a Adán y a Eva de algo bueno (v. 5). Las dos sencillas afirmaciones de Satanás crearon en Eva un anhelo de tener algo más que el paraíso que Dios les había dado a ella y a Adán.
Eva permitió que la tentación le hiciera olvidar que estaba desobedeciendo a Dios. No vio el peligro en tomar del fruto. Ella sólo vio la satisfacción física, la belleza seductora y la posible sabiduría. El deseo se volvió rápidamente acción, y Adán y Eva transgredieron el mandato de Dios (v. 6).
El pecado sigue funcionando conforme a ese plan. Concebido en concupiscencia (Santiago 1:14,15), a menudo el pecado comienza con pensamientos como los que desviaron a Eva: la oferta de satisfacción y el deseo por tener algo más de lo que tenemos. Pero oculto en esas seducciones está el pecado con todas sus ramificaciones.
El acto sencillo descrito en Génesis 3:6 tuvo un resultado trascendental. La vida no seguiría siendo igual para Adán y Eva después de esa trasgresión.
Siempre el pecado nos desvía de la senda que Dios planeó para nosotros y nos lleva a destinos con los que nunca contamos. Ofrece placer, pero sólo da dolor y muerte.
B. Resultado del pecado
Las circunstancias de Adán y Eva en el huerto cambiaron inmediatamente después que desobedecieron a Dios. El huerto era un paraíso, y Adán y Eva habían vivido en un perfecto estado de inocencia. Pero al participar del fruto produjeron lo que implicaba el nombre del árbol: el conocimiento "del bien y del mal" (Génesis 2:9,17).
Pregunta: ¿Cómo afectó a Adán y a Eva el conocimiento del bien y del mal?
La mentira de Satanás se hizo patente inmediatamente después que Adán y Eva comieron el fruto prohibido. Habían sido semejantes a Dios antes que hubieran pecado porque habían sido creados a su imagen. Pero después de su pecado no eran semejantes a Dios. Conocían el mal porque habían desobedecido el mandato de Dios.
Después de perder su inocencia, el recién hallado conocimiento de Adán y Eva les mostró que estaban desnudos. Sintieron una profunda vergüenza y recogieron hojas para cubrir su desnudez (v. 7). Aunque pudieron ocultarse mutuamente su desnudez, no pudieron esconderse de Dios.
El huerto, que una vez fue un lugar delicioso para vivir, se convirtió en el escondite de Adán y Eva para huir de su Creador, cuya presencia temían. No podía evitarse su encuentro con Dios; y cuando ocurrió, el resultado del pecado apareció con toda claridad.
Pregunta: ¿Por qué trata la gente de esconderse de Dios?
El comentario que sigue esboza tres razones:
Temor (v. 10). Adán y Eva no tuvieron miedo delante de Dios hasta que pecaron. Una vez que pecamos, le tememos al Dios que antes amábamos. Los que pecan hacen esfuerzos desesperados por ocultar sus maldades. La razón es sencilla: el pecado condena. Hace que el pecador tema encontrarse con un Dios puro y santo.
Culpa (vv. 12.13). Adán y Eva intentaron echar la culpa de su pecado a otro: Adán culpó a Eva, y Eva culpó a la serpiente.
Pregunta: ¿Por qué la gente trata de echarles la culpa, de su pecado a los demás?
Es difícil aceptar la responsabilidad por el pecado. Es mucho más fácil presentarnos como victimas una fuerza exterior en vez de aceptar que somos pecadores. La gente puede echarles la culpa del pecado a muchísimas cosas, como su educación o sus circunstancias, pero no aceptar la culpa de sus propios pecados.
Muerte (vv. 22-24). Excluidos del árbol de la vida, Adán y Eva sufrirían algo que Dios no se propuso originalmente: la muerte. A menudo en la Biblia la muerte significa separación. De modo que el primer efecto fue muerte espiritual; el pecado apartó de Dios a Adán y a Eva. Pero su pecado también, trajo muerte física al mundo.
Pregunta: ¿Por qué resulta en muerte, el pecado?
La muerte no es sencillamente el castigo por el pecado, sino la consecuencia lógica del pecado. El apóstol Pablo afirmó que la muerte era "la paga del pecado" (Romanos 6:23). El pecado es un acto malvado que nos separa de un Dios santo y del dador de la vida. La separación de la fuente de la vida sólo puede dar por resultado muerte.
A fin de impedir que Adán y Eva siguieran viviendo en su estado pecaminoso, Dios los expulsó del huerto. Sabía que una vez que le hubieran desobedecido, había la posibilidad de que comieran del árbol de la vida, y vivieran para siempre en un estado pecaminoso. En su misericordia, Dios se aseguró de que eso no pudiera ocurrir.
II. El pecado destruye las relaciones (Génesis 4:1-8)
A. Diseminación del pecado
Pregunta: ¿De qué manera afecta el pecado nuestra vida?
El pecado en una esfera de nuestra vida puede afectar rápidamente otros aspectos de nuestra vida, incluso nuestras relaciones con los demás. Los resultados del pecado de Adán y Eva pronto alcanzaron a sus hijos.
Después que Adán y Eva fueron expulsados del huerto, tuvieron dos hijos, Caín y Abel (Génesis 4:1,2). "Abel fue pastor de ovejas" y "Caín fue labrador de la tierra".
Un día Caín presentó algunos de sus productos como una ofrenda a Dios. La Biblia no nos dice que llevara lo mejor. Tal vez estuviera simplemente procurando que Dios lo recompensara y no adorándolo con sinceridad.
Abel, por otra parte, presentó lo mejor de su ganado, en verdadera adoración de Dios. A Dios le agradó la ofrenda de Abel, pero "no miró con agrado" a Caín y a su ofrenda (vv. 4,5).
Pregunta: ¿Por qué no aceptó Dios la ofrenda de Caín?
Es evidente que Caín no se presentó delante de Dios con fe. Además, la reacción de Caín ante Dios muestra el pecado que había en su corazón. Si Caín hubiera deseado agradar a Dios, se habría humillado delante de Dios y le hubiera preguntado qué tenía que hacer para hallar misericordia. Pero el enojo consumió a Caín, que dirigió su amargura contra Dios.
El origen de las dificultades cada vez mayores de Caín —el pecado— aparece en la advertencia de Dios en los versículos 6 y 7. Dios estaba interesado en ayudar a Caín; pero Caín rechazó la ayuda de Dios.
Se describe el pecado como un animal agazapado que espera la oportunidad de devorar a su víctima. Al igual que su madre que escuchó a Satanás, Caín permitió que entraran en su vida la ira y el resentimiento. Al igual que su padre que no pudo rechazar el fruto a pesar de la prohibición de Dios, Caín no calmó su ira.
El pecado, que separó a Adán y a Eva el uno del otro y que los apartó de Dios, ahora llevó a un final sangriento la relación entre Caín y Abel (v. 8). Caín se convirtió en el primer homicida del mundo.
B. Separación de Dios
La historia de Caín y Abel no termina con el asesinato de Abel a manos de Caín. Más bien continúa contando de la relación deteriorada entre Caín y Dios. El pecado de Caín tuvo dos resultados.
En primer lugar, Caín volvió a pecar al mentirle a Dios respecto a su hermano (Génesis 4:9). En segundo lugar, Caín incurrió en castigo por su acto malvado (w. 10-12). Una vez más lo mismo que ocurrió en el huerto del Edén aparece en la vida de Caín: el evitar las preguntas directas de Dios, el castigo por transgredir la orden de Dios y, por último, la separación de Dios.
Hoy los hombres y las mujeres siguen el mismo patrón de conducta. EL pecado los aleja cada vez más de Dios. Los culpables a menudo mienten y buscan formas de ocultar su pecado. A la larga, a menos que se arrepientan, afrontan el castigo por el pecado: la eterna separación de Dios.
Trágicamente, como en la época de Adán y Eva, Dios nunca tuvo el propósito de que ocurriera esa separación. La lección enseñada por Adán, Eva y sus hijos nos habla hoy con toda claridad: el pecado destruye las relaciones entre las personas y entre las personas y Dios.
III. Dios salva del pecado (Génesis 3:14, 15, 21)
A. Esperanza en la desesperación
La caída del hombre y sus resultados serían un cuadro sombrío de no ser por la intervención de Dios. En pleno fracaso del hombre, el amor y el perdón de Dios brillan como un faro en la noche.
Dios les habló a todos los que participaron en la caída, comenzando con la serpiente. Aunque Satanás había hecho que Adán y Eva pecaran, todavía tenía que responder ante Dios. En Génesis 3:14, Dios pronunció una maldición contra la serpiente. Su declaración a Satanás incluía tres puntos importantes:
Total humillación: La serpiente pasaría su vida "sobre su pecho" comiendo polvo (v. 14). Esto describe su humillación. Con su propia deshonra la serpiente pagaría por tentar a Eva.
Hostilidad constante: Continuaría una lucha a lo largo de la historia entre los descendientes de Eva y de la serpiente.
Derrota definitiva: El versículo 15 describe esa derrota de Satanás. La declaración "Ésta [la simiente de la mujer] te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañal" alude a esa derrota.
Pregunta: ¿Cuál fue la hostilidad entre los descendientes de Eva y los de la serpiente en Génesis 3:15?
La declaración de Dios en el versículo 15 describe la lucha continua entre el bien y el mal. Pero hay algo más que una lucha entre los descendientes de Eva y los de la serpiente. El versículo 15 es una profecía respecto a la victoria definitiva que daría Cristo. Jesucristo es la simiente de la mujer. Satanás heriría su calcañal, una victoria efímera. Eso ocurrió en la cruz. Pero Cristo "heriría" la cabeza de Satanás, lo que alude a la derrota definitiva de Satanás.
Después que Dios pronunció su juicio contra Adán, Eva y Satanás, Tomó pieles de animales para cubrir la desnudez de Adán y Eva (v. 21). Ese acto de misericordia anunciaba la venidera provisión de justicia mediante el sacrificio expiatorio de Cristo.
B. Triunfo de Cristo
La profecía de Génesis 3:15 halla su cumplimiento en Cristo y en la cruz. Pablo describió gráficamente el efecto del pecado en Romanos 5:12. Como un veneno que entra en el cuerpo mediante el sencillo acto de tragar, el pecado entró en la raza humana mediante la trasgresión de Adán. Y como el veneno se disemina por todo el cuerpo para matar, así el pecado impregnó la raza humana. El pecado y su resultado, la muerte, afecta a toda la humanidad porque somos pecadores por naturaleza y por decisión propia. El efecto del pecado es universal y funesto.
Pero el versículo 18 da esperanza. Así como el pecado y sus trágicas consecuencias entraron en la raza humana por la trasgresión de un hombre, un Hombre dio la solución para el pecado mediante "la justicia de uno". Esto se refiere a Cristo, cuyo sacrificio pagó el precio de nuestro pecado.
El efecto del pecado es espantoso. El pecado destruye nuestra relación con Dios. Pero el efecto del sacrificio de Cristo por nuestros pecados es aun más poderoso. Cuando un pecador acepta a Cristo como Salvador y experimenta la misericordia y la gracia de Dios, termina el efecto del pecado. En lugar de la muerte, el pecador experimenta la vida en su sentido más pleno. Cristo ha destruido el poder del pecado.
El mundo da constante testimonio del efecto del pecado. Los titulares de los periódicos que hablan de asesinato, robo y sufrimiento humano es un constante recordatorio de que el pecado sigue dominando a la humanidad.
Su vida ha sido afectada por el pecado; usted no puede escapar a esa realidad. Sin embargo, tal vez usted haya descubierto lo único que puede liberarlo a usted de la esclavitud del pecado: la salvación por medio de Jesucristo. De ser así, puede regocijarse porque Jesucristo ha aplastado la cabeza de Satanás y le ha dado redención a usted.
Quizás usted todavía se encuentre en la garra mortífera del pecado. Su vida está llena de dificultades y dolor, resultantes de su pecado porque nunca ha aceptado a Cristo como su Salvador. No puede jamás por sus propios esfuerzos librarse del pecado que lo esclaviza. Pero Jesucristo ha herido la cabeza de Satanás y ha dado la victoria que usted necesita sobre el pecado. Sencillamente pídale a Jesucristo que le perdone su pecado. Después permita que su poder transforme su vida.

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miércoles, 13 de agosto de 2008

DIOS CUMPLE SUS PROMESAS

Dios cumple sus promesas (Abraham y Sara)
Verdad central: Dios recompensa a todos los que creen sus promesas.
Texto Áureo: [Abraham] tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios. Romanos 4:20
Trasfondo Bíblico: Génesis 17:1-18:15; 21:1-7
Bosquejo
I. Una nueva identidad
A. Dios hace un pacto
B. Nombres cambiados
II. Señal de obediencia
A. La obligación de Abraham
B. Alcance del pacto
III. Obediencia recompensada
A. Promesa cumplida
B. Fe firme
Objetivo
Analizar el pacto de Dios con Abraham respecto a un heredero y resolvernos a obedecer a Dios en su pacto con nosotros.
Introducción
La historia de Abraham y Sara es uno de los relatos más fascinantes de la Biblia. Sus obras de fe se observan a lo largo de las Escrituras. En realidad, la fe de Abraham en Dios es el ejemplo que Pablo empleó para explicar la justificación por la fe que hemos experimentado como cristianos.
A pesar de su fe, Abraham y Sara siguieron teniendo luchas. Cuando no se materializaba la promesa de un hijo, recurrieron a otros medios para ver cumplida esa promesa. Pero Ismael no era el hijo prometido. Dios les daría a Isaac, que era verdaderamente el hijo de la promesa.
La promesa de un hijo estaba vinculada a la fe de Abraham y su obediencia a los mandamientos de Dios. Abraham expresó su fe en Dios obedeciéndole. Y en respuesta a la fe y a la obediencia de Abraham, Dios fue fiel.
Abraham y Sara muestran cómo podemos ser fieles a Dios. Dan ejemplo de cómo podemos confiar en Dios y ser recompensados por nuestra fe.
Comentario Bíblico
I. Una nueva identidad (Génesis 17:1-4)
A. Dios hace un pacto
Pregunta: ¿Qué propósito tiene el texto al mencionar la edad de Abraham en Génesis 17:1?
La historia de Abraham en Génesis abarca varios años. Los acontecimientos de Génesis 17 ocurren trece años después del nacimiento de Ismael (16:15,16) y veinticuatro años desde que Dios llamó a Abraham para que dejara su país (12:4). El hecho de que Moisés mencionara la edad avanzada de Abram nos da un contexto histórico preciso para el pacto que Dios estaba a punto de hacer con Abraham. También destaca el carácter milagroso del nacimiento de Isaac.
Génesis 17:1 también revela algo acerca de Dios. "Jehová" (Yahvé) se le apareció a Abram como "el Dios Todopoderoso" (El Shaddai; véase también Éxodo 6:3). Como el "Dios Todopoderoso", nada era imposible para Él, incluso el darles un hijo a Abraham y a Sara, que cumpliría la promesa de Dios.
El pacto de Dios con Abraham se baso en la fe, no en las obras. Dios prometió que si Abraham era "perfecto" o intachable, andando delante de Él, entonces Dios establecería su pacto con Abraham. Y mientras anduviera con Dios conocería el poder de Dios en su vida.
Aunque exigió que Abraham anduviera en la fe. Dios fue también el que inició su pacto con Abraham. Él no dijo "Hagamos un pacto", sino que declaró "Pondré mi pacto entre mí y ti" (v. 2). Abraham le respondió a Dios postrándose sobre su rostro, como un acto de sumisión y honra (v. 3).
En el versículo 4, Dios vuelve a recordarle a Abraham que haría un pacto con él. Mediante ese pacto. Dios haría que Abraham llegara a ser el padre de "muchedumbre de gentes".
Dios cumple sus promesas. Aunque habían pasado años desde que Dios se le apareció por primera vez a Abraham, Dios fue fiel. De igual manera, Él le es fiel a usted. Quizá no haya experimentado todavía el cumplimiento de la promesa de Dios para usted. Pero Dios no lo olvidará a usted mientras espera.
B. Nombres cambiados
El pacto de Dios con Abraham no podía mantenerse en secreto. Cuando Dios bendijera a Abraham, los resultados serian evidentes para todos. Eso incluía un cambio de nombres. El cambio que hizo Dios de Abram a Abraham revelaba además la promesa que se cumpliría mediante el pacto de Dios con Abraham (Génesis 17:5).
El nombre Abram significaba "padre enaltecido". Ese nombre pudo haber tenido alusiones idolátricas para. Taré, el padre de Abraham. Pero el nombre Abraham, "padre de una multitud", identificaba a Abraham con el propósito-de Dios para su vida. Con esa señal del pacto vino la responsabilidad de Abraham de creer a Dios y de aceptar por fe su nueva identidad.
Abraham pudiera haber tenido dudas de que Dios le diera hijos. Ya había actuado de una forma desesperada trece años antes cuando tuvo un hijo, Ismael, con la criada de Sara, Agar. Pero Ismael no era parte del plan de Dios. Dios tenía otro plan para Abraham: sería el padre de muchas naciones, y de él saldrían reyes.
Pregunta: ¿Cómo se cumplió la promesa de Dios respecto a los reyes en el versículo 6?
Los reyes de la dinastía davídica eran descendientes de Abraham. Pero el mayor cumplimiento fue el Señor Jesucristo, el Rey de reyes.
En el versículo 7, Dios amplió su pacto con Abraham en dos sentidos. El pacto no iba a ser sólo con Abraham, sino con cada uno de sus descendientes (cada uno que reaccione con fe como hizo Abraham). Dios especificó también que el pacto sería perpetuo. Cada generación sucesiva sabría de la fidelidad de Dios a Abraham gracias al cumplimiento en ellos de ese pacto.
Los versículos 15-17 explican el lugar de Sara en el pacto. Ella también iba a tener una nueva identidad. Aunque Sarai en arameo significa "princesa", en la tierra de Canaán no tenía significado alguno. Al darle el nombre hebreo Sara, que también significa princesa, Dios le restituyó su dignidad como la madre de naciones y de reyes.
Pregunta: ¿Por qué es a veces difícil creer las promesas de Dios?
El versículo 17 presenta dos cosas que Abraham hizo. En primer lugar, Abraham se postró sobre su rostro en sumisión y adoración a Dios, reconociendo la soberanía de Dios. En segundo lugar, Abraham se rió. Aun los más fieles tienen momentos de duda. Y como Dios no reprendió a Abraham, la risa de Abraham pudiera haber sido de gozo y no de escepticismo.
Cuando leemos la Palabra de Dios, Él pudiera hablarnos acerca de algo que quiere hacer en nuestra vida. Pero puede parecer imposible lo que dice que hará, y pudiéramos dudar de su palabra. Sin embargo, aun en nuestra duda, podemos sentir una confiada alegría que hace que nos regocijemos en lo que Dios va a hacer en nosotros.
II. Señal de obediencia Génesis 17:9-11
A. La obligación de Abraham
En Génesis 17:7,8, Dios les extendió sus promesas a los descendientes de Abraham. Dios prometió ser su Dios del pacto, y que todo lo que les diera sería de ellos. En el versículo 9, Dios declaró de modo explícito que los descendientes de Abraham tendrían la misma responsabilidad que tuvo Abraham. En cada generación, la gente tiene que andar delante de Dios con fe para ser parte del pueblo del pacto de Dios y responder a su identidad como pueblo de Dios. Abraham y sus descendientes también mostrarían que eran el pueblo de Dios mediante el rito de la circuncisión (vv. 10,11).
La terminología del versículo 10 era muy clara. La circuncisión de "todo varón de entre vosotros" es el requisito del pacto. Este pacto era entre Dios y Abraham, pero también sería entre Dios y cada generación de los descendientes de Abraham.
Pregunta ¿Cómo sería la circuncisión una "señal" del pacto de Dios con Abraham (Génesis 17:11)?
La circuncisión era muy importante en el pactó de Dios con Abraham. Fue un acto de fe por el cual Abraham y sus descendientes mostrarían su identidad como pueblo de Dios. Pero la circuncisión no ganó la bendición de Dios para Abraham. Era sólo la "señal" física del pacto de Dios con Abraham. Para que Abraham estuviera en buena relación con Dios, tenía que andar delante de Él. Y la circuncisión era la señal mediante la cual Abraham podía mostrarle a Dios que había optado por andar con Él.
Pregunta: ¿Cómo se representa la circuncisión en la vida de los creyentes?
B. Alcance del pacto
El pacto de Dios con Abraham no sólo incluía a quienes eran los descendientes naturales de Abraham. Dios incluyó en el pacto a todos los varones que se convirtieran en miembros de la familia de Abraham.
Todo varón "por vuestras generaciones" son los que genéticamente descendieran de Abraham. Los que nacían "en casa" incluía a los hijos de los parientes así como a los hijos de los siervos. Se debía circuncidar a los niños varones al octavo día después de su nacimiento. A los esclavos que se compraban se les debía circuncidar cuando se les llevara a la familia de Abraham.
Dios tuvo el propósito de que la circuncisión fuera un recordatorio físico permanente de la nueva identidad de ellos y de su relación con Dios. Mediante el acto de la circuncisión, Abraham escribió el pacto de Dios en su propia carne. Su nueva identidad no llegaría a su fin pocos años después.
Pregunta: ¿Por qué se debía cortar de su pueblo al hombre incircunciso (v. 14)?
Como la circuncisión era una señal de obediencia a Dios, el rechazar la circuncisión era una señal de que un hombre había rechazado a Dios. El hombre que rechazaba la circuncisión no se podía juntar con su pueblo porque ese pueblo era de Dios. Al estar separado de Dios por la desobediencia, también se separaba del pueblo de Dios.
III. Obediencia recompensada Génesis 21:1-4
A. Promesa cumplida
En Génesis 21, el escritor del libro (Moisés) reanuda el relato de Abraham y del nacimiento prometido de un hijo. Dios hizo exactamente lo que dijo que haría, exactamente en la forma que dijo que lo haría, exactamente en el momento que dijo que lo haría (w. 1,2). Dios cumplió sus promesas en cuanto a un heredero y les dio a Abraham y a Sara su hijo prometido.
Pregunta: ¿Por qué especifica Génesis 21:2 que Isaac nació en la vejez de Abraham?
Se repite ese detalle varias veces y es importante para el mensaje del autor. Abraham y Sara pasaban desde hacía tiempo de la edad natural para tener hijos. Isaac fue un don sobrenatural de Dios. Dios dio a Isaac en cumplimiento directo de su promesa para Abraham y Sara.
Abraham, en cumplimiento de la orden de Dios, llamó a su hijo Isaac (v. 3). El nombre Isaac, que significa "risa", recordaba la reacción de Abraham y de Sara ante la noticia de que tendrían un hijo. Era también un recordatorio del puro gozo que Isaac les dio a sus padres, el gozo de un niño después de décadas de esterilidad.
En respuesta a la orden de Dios, Abraham circuncidó a Isaac (v. 4). Al circuncidar a Isaac, Abraham llevó a Isaac al pacto que Dios había hecho con él.
B. Fe firme
Pregunta: ¿Por qué incluye el relato del nacimiento de Isaac varias alusiones a la edad de Abraham y Sara y la promesa de que Abraham tendría un hijo?
En el texto, Dios destacó constantemente el aspecto milagroso del nacimiento de Isaac. Desde el punto de vista lógico, era improbable que la promesa de Dios se hiciera realidad. Por esta razón, Génesis 21:5 repite el hecho de que Abraham tenía cien años.
Aunque parecía inverosímil la promesa de Dios, Abraham siguió obedeciendo. Él abrazó el pacto de Dios. Y con el tiempo, Dios cumplió sus promesas para Abraham.
Isaac era verdaderamente el hijo de la promesa, y no sencillamente porque Abraham y Sara fueran incapaces de tener hijos sin la intervención de Dios. El nacimiento de Isaac iba a ser un testimonio para Abraham y Sara, y todos los que los conocían, del inmenso poder de Dios.
Una de las partes más conmovedoras de esta historia es la reacción poética de la Sara de noventa años ante el nacimiento de su hermoso niño (w. 6,7). Una de las características de la poesía hebrea era el empleo de figuras literarias como juegos de palabras y el uso de palabras en más de un sentido. Se muestra eso en la forma en que se emplea la palabra "reír". Dios hizo reír a Sara en dos sentidos: por incredulidad ante la noticia de un heredero y por la alegría desbordante ante la llegada del heredero.
Sara dijo que Dios la había hecho reír para que "cualquiera que lo oyere" se riera con ella (v. 7). Eso alude a la alegría contagiosa de la celebración de Sara que sintieron todos los que estaban cerca. Eso pudiera referirse a la alegría que todo el mundo puede conocer como resultado del nacimiento del hijo de Sara, de cuyo linaje vino Cristo.
Por muy conmovedora que sea su poesía, los pormenores concretos del versículo 7 son aun más conmovedores. El juego de palabras del versículo 6 parecería abstracto sin el versículo 7. El que Sara se maravillara de que tendría la oportunidad de alimentar a su hijo lleva la poesía al mundo real habitado por todo el que ha tenido hijos. El versículo 7 termina con otro recordatorio de que esa maravilla es la obra de Dios realizada en la vejez de Abraham.
Como Abraham y Sara obedecieron a Dios, Él los recompensó con Isaac, el hijo de la promesa. Y sintieron gozo cuando se cumplió la promesa. De igual manera, cuando obedecemos a Dios, Él nos recompensará con paz y gozo en nuestra relación con Él. Y eso nos dará oportunidades de hablarles a los demás de la fuente de nuestro gozo, Jesucristo.
Aplicación
La promesa de Dios a Abraham respecto a un hijo debe de haber sido difícil de creer. La esterilidad de Sara y su edad avanzada parecían probar que Sara jamás habría tenido un hijo a no ser que Dios hubiera hecho la promesa.
Pero Abraham conocía a Dios y tenía la seguridad de que Dios podía cumplir lo que prometió. Por lo tanto, Abraham reaccionó ante la promesa de Dios con obediencia firme (Romanos 4:20). Y Dios recompensó a Abraham cuando Abraham confió en las promesas de Dios.
Dios sigue recompensando a todos los que creen en sus promesas. Él recompensa con salvación a los que aceptan a Cristo como Salvador (Romanos 10:13). Si nunca ha aceptado a Cristo como Salvador, crea en la promesa de Dios. Cuando usted confiese sus pecados, Cristo se convertirá en su Salvador.
Tal vez Dios le esté hablando acerca de servirle en algún sentido y usted ha temido obedecer. Dios ha prometido estar con usted; Él no lo olvidará. Cuando usted le obedece, Él lo recompensará con paz y gozo, y con el conocimiento de que está haciendo su voluntad.

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martes, 12 de agosto de 2008

CRISTIANOS EN ACCION

Fondo Bíblico: 2 Corintios 6:1- 7:16.
Verdad Central: Dios se agrada cuando ve que los creyentes demuestran compasión y amor hacia sus semejantes.
Texto Áureo: Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran. Romanos 12:15.
Objetivos del aprendizaje.
1. Entender que no puede agregarse nada a lo que el Señor hizo para la salvación del hombre.
2. Tratar de vivir una vida semejante a la de Cristo, evitando así el dar ocasión para que alguien tropiece y encuentre razones para rechazar la Palabra de Dios.
3. Reconocer el peligro que hay en contaminarse con el mundo y tener una percepción clara para distinguir bien entre las cosas de Dios y las del mundo.
Bosquejo general
I. Constancia en todo
A. Colaboradores de Dios
B. Sirviendo con amor sincero
II. La verdadera consagración
A. Separados del mundo
B. Dios recibe a los que se consagran a él
III. Cuando los cristianos cuidan los unos de los otros
A. La preocupación de Pablo por los corintios
B. Un buen informe acerca de los corintios
Introducción
En los capítulos anteriores Pablo se ocupó en describir ampliamente el ministerio que había recibido del Señor y la gracia divina que le había dado fuerzas para estar firme. Dios, a través de su gracia salvadora había reconciliado a Pablo consigo mismo. Por medio de la dádiva de Dios en Cristo su Hijo, esa reconciliación era eficaz y esta disponible para todos los seres humanos. A él se le concedió, por tanto, este ministerio de reconciliación, el cual 'tenía que ser anunciado a todos los hombres. Así vemos al apóstol en su papel de embajador de Cristo rogando a los hombres que se reconciliaran con Dios.
Aquí en el capítulo 6, Pablo se dedica a dar demostraciones de que él era en verdad un embajador de Cristo. El estaba consciente de que tenía enemigos y que éstos estaban haciendo todo posible por destruir los resultados del-ministerio que había desarrollado en Corinto. Esto lo hacían arruinando con astucia y falsedades la reputación del apóstol. Por otra parte él tenía muchos amigos en Corinto. Por lo tanto, por amor del evangelio, él dedica esta sección de su epístola para dar una descripción de su ministerio y sus sufrimientos por causa del evangelio. Lo que él deseaba era que sus lectores, los cristianos de Corinto, tuvieran suficiente información sobre el ministerio que él había venido desempeñando, y de esta manera poder hacer frente a las acusaciones y falsedades de los enemigos: El quería que supieran que su servicio o ministerio entre ellos estaba impregnado de amor genuino y sinceridad cristiana. También les asegura que el mensaje que anunciaba era real y verdadero.
Exposición Bíblica
I. Constancia en todo (2 Corintios 6:1-10).
A. Colaboradores de Dios
Pablo y Timoteo, en su carácter de embajadores de Cristo eran también sus colaboradores, sus ayudantes, sus asociados en el ministerio del evangelio.
Pregunta: ¿Qué parte tenían ellas en la obra de Dios?
Estos siervos de Dios, como todos los que le sirven a través de las generaciones, no pueden tomar parte en la realización de la obra de redención. Esto ha sido hecho por la gracia maravillosa de Dios por medio del sacrificio de Cristo en la cruz. Los hechos básicos para la redención de la humanidad fueron la muerte y la resurrección de Jesucristo. Como lo señalábamos en la lección anterior, Cristo, quien no conoció pecado fue hecho pecado para que nosotros pudiésemos ser hechos justicia de Dios en él. No había ni hay nada que nosotros podamos hacer para salvarnos del pecado. La salvación es algo que ejecutó Dios por medio de Jesús. Es cierto que no podemos hacer nada para añadir a la obra de Cristo, pero sí podemos participar en la propagación y extensión de ese amor de Cristo que busca al pecador y se moviliza en la iglesia de una manera especial.
En este capítulo Pablo muestra su preocupación y su amor por los hermanos de Corinto. El apóstol se interesaba en ver que los corintios no hubieran recibido la gracia de Dios en vano. Es decir, que no tuvieran en poco el ministerio de la reconciliación que Dios le había encomendado a Palo como una oferta de su gracia para que los hombres restauraran la comunión con El por medio de Jesucristo.
Enseñanza práctica
Los enemigos de Pablo no podían encontrar ninguna falta en el mensaje del evangelio que él proclamaba. Por cualquier lado que juzgaran su predicación siempre se encontrarían con la verdad de la Palabra de Dios. El mensaje del apóstol estaba basado en una demostración del poder divino (1 Corintios 2:1-5).
Pero cuando los oponentes de Pablo se veían frustrados en su intento de destruir el mensaje que él anunciaba se lanzaban a un ataque directo a su propia reputación personal. Ellos sabían que si triunfaban en esto también lograrían destruir todos los resultados de su ministerio.
Sin embargo, la paciencia de Pablo y Timoteo en sus acciones, la pureza de su corazón, sus sanas motivaciones y la forma sincera y valiente en que libraban la batalla del Señor los identificaban, sin temor a dudas, como fieles ministros de la Palabra de Dios.
B. Sirviendo con amor sincero
Pregunta: ¿Qué hacían Pablo y Timoteo para recomendarse "en todo como ministros de Dios"?
Todo lo que ellos hacían era parte de su vida de servicio a Dios. Para ponerlo en términos más claros ante sus lectores, Pablo enumeró una serie de cosas que eran suficientes para recomendarlos como verdaderos siervos del Señor. La primera cualidad mencionada es la paciencia. Es decir, una conducta paciente y estable para hacer frente a cualquier circunstancia, en vez de darse por vencido. En este aspecto del carácter se puede mencionar la actitud frente a las aflicciones, las tribulaciones, las presiones las catástrofes naturales y torturas ocasionadas por los hombres. Entre los sufrimientos infligidos por los adversarios pueden mencionarse los azotes que había sufrido el apóstol a manos de los judíos y también de los romanos, los encarcelamientos a los que fue sometido, los complots y tumultos religiosos y políticos, los desvelos y hambres.
La segunda cualidad por la que estos predicadores se recomendaban como verdaderos ministros de Dios estaba relacionada, no con las circunstancias, sino con la pureza interior del corazón y la sinceridad de sus motivos. Esto se veía en el conocimiento que tenían de las Escrituras y de los planes de Dios; también se manifestaba en la longanimidad, la tolerancia y la paciencia con la que actuaban hacia los demás, en su bondad y generosidad, en la obra que el Espíritu Santo realizaba por medio ellos, en la genuinidad de su amor, en la manera en que administraban la Palabra de verdad y en la forma en que se manifestaba en ellos el poder de Dios en su ministerio.
La tercera cualidad que caracterizaba el ministerio de Pablo y Timoteo era la manera en que se enfrentaban a la batalla a favor del evangelio. Ellos peleaban "con armas de justicia a diestra y a siniestra" (versículo 7). Esto podría entenderse como el uso de las armas de la justicia de Cristo tanto para atacar al enemigo por una parte y para defenderse de los ataques de afuera por la otra. Ellos procuraban que todas las cosas fueran hechas correctamente, sin importar lo que hiciera el enemigo. Esa era su manera de actuar ya fuera "por honra" o "por deshonra"; ya fuera que hablaran bien de ellos, o mal. Aunque los enemigos los consideraban como engañadores o impostores, ellos permanecían fieles a la verdad. Guando la gente los tenía por desconocidos y extraños, Dios les daba gracia para hacerlos bien conocidos de todos. Cuando parecía que se estaban acercando a la muerte Dios les daba poder para que se sintieran llenos de vida y fuerza espiritual. Cuando el enemigo los sumergía en dolor, tristeza y humillación, el Señor los alentaba y podían así regocijarse en El. Aunque aparentemente vivían en pobreza y escasez, a muchos llenaron de riquezas en todo sentido. Si bien ante los ojos de los hombres parecían no tener nada, realmente lo tenían todo, porque tenían al Señor a su lado. Por medio de Cristo Jesús ellos vinieron a ser cauces por los que Dios derramó abundantes bendiciones y mucha riqueza espiritual.
II La verdadera consagración 2 Corintios 6:11- 7:1
A. Separados del mundo
Los versículos 11-13 son muy interesantes. Antes de seguir con su elocuente y conmovedora exposición, el apóstol se detiene para demostrar que su corazón casi estallaba de emoción. El había estado hablando a los corintios. Su boca se había abierto para expresarles lo que sentía. Su corazón se había ensanchado; es decir, había abierto su corazón para hacerles conocer sus sentimientos. Si acaso ellos sentían alguna presión o algún resentimiento, eso sólo podía proceder de la manera en que ellos interpretaran sus palabras y sus hechos. Por eso les pide que ellos también se expresen como corresponde: "Pues, para corresponder del mismo modo (como a hijos hablo), ensanchaos también vosotros" (versículo 18). Pablo quería que supieran que todo lo que él hada provenía de un corazón lleno del amor de un padre espiritual. Hasta para tratar de los problemas más serios, él hada uso de este amor sincero.
Pregunta: ¿En qué problema concentra su atención en esta parte de su carta?
El creyó muy necesario hacer la seria advertencia a los corintios en contra de unirse "en yugo desigual con los incrédulos". Los yugos se utilizan para hacer que dos animales trabajen juntos o lleven una carga. Algunos creyentes piensan que esta advertencia se refiere únicamente a los que hacen planes de casarse con personas inconversas. Pero parece que esta no es la aplicación primaria en este caso. Con estas expresiones el apóstol está haciendo un llamado a la separación de los creyentes del mundo para consagrase definitivamente a Dios.
El "yugo desigual" está relacionado con el aspecto doctrinal y la adoración. Algunos de los creyentes corintios corrían el riesgo de degenerar sus enseñanzas y mezclarlas con ideas que provenían de fuentes paganas. Parece que muchos de ellos estaban más interesados en estar en "compañerismo" con los paganos que en mantener una relación correcta con Dios y con la verdad de su Palabra. Estaban traspasando los límites de la justicia y la injusticia, y entre la luz y las tinieblas. Algunos de ellos ignoraban que no podía haber "concordia" (simfonesis) entre Cristo y "Belial" o el anticristo; o entre los creyentes y los incrédulos. No les importaba averiguar si había diferencia entre la verdadera adoración a Dios y la idolatría. Tal parece que habían caído en un estado de total indiferencia. Ya no halan distinción entre lo bueno y lo malo.
Enseñanza práctica
La idea básica de las palabras de Pablo en el versículo 14 probablemente se derive de Deuteronomio 22:10 y Levítico 19:19. Allí hay una clara distinción entre ciertas cosas que jamás deberían juntarse. De ninguna manera pueden unirse en yugo la pureza del cristianismo y la idolatría pagana. No puede haber compatibilidad entre lo bueno y lo malo.
Dios le habló a Abraham y le dijo: "Vete. . ." El mensaje angelical le ordenó a Lot que saliera de Sodoma. Como representantes de Dios, como embajadores de Cristo, como ciudadanos del cielo, los cristianos deben conducirse de tal manera que no haya en ellos ninguna apariencia de maldad, ni dentro ni fuera de la iglesia.
B. Dios recibe a los que se consagran a él
Como lo dijimos anteriormente, la idea aquí no está relacionada con matrimonios ni con las asociaciones que existen por causas comerciales o de trabajo: Estas instrucciones prohíben la asociación de los cristianos con las costumbres de la antigua comunidad pagana a la cual pertenecían. El persistir en la amistad y la unión con ellas solamente haría más difícil el desprendimiento de las cosas malas y la abstención de lo inmundo, especialmente la idolatría y otras costumbres paganas. En el versículo 17 se citan las palabras de Isaías 52:11, las cuales tienen que ver directamente con la adoración.
La razón por la cual es tan importante que nos separemos de todas las cosas inmundas, sin embargo, es que Dios quiere habitar en nosotros. El quiere ser nuestro Dios, y que nosotros seamos su pueblo. Pero el pecado, o la idolatría, que es la adoración de otras cosas fuera de Dios, son cosas que nos separan de El. Solamente cuando nos separamos por completo de la adoración idolátrica y de las costumbres pecaminosas de los incrédulos nos puede recibir el Señor para ser nuestro Padre, tal como El lo desea.
Pregunta: ¿Qué elemento nuevo hay en la promesa del Nuevo Testamento en cuanto a que Dios es nuestro Padre y nosotros somos su pueblo?
David exclamó: "Mi padre eres tú, mi Dios, y la roca de mi salvación" (Salmo 89:26). El salmista Asaf reconoció que todos los hijos de Israel eran "hijos del Altísimo' (Salmo 82:6). Oseas 1:10 promete que el Israel restaurado volverá a ser reconocido como pueblo de Dios, "y en el lugar en donde les fue dicho: Vosotros no sois pueblo mío, les será dicho: Sois hijos del Dios viviente". El Antiguo Testamento demuestra claramente la naturaleza paternal de Dios en la manifestación de su amor y misericordia (Salmos 27:10; 103:13; Isaías 1:2; 68:7, 8; Jeremías 3:22; 10:20; Malaquías 3:17).
Isaías reconoció esto mismo diciéndole a Dios: "Tú, oh Jehová, eres nuestro padre" (Isaías 63:16; 64:8; Jeremías 3:19; 31:9; Malaquías 1:6; 2:10). La gente del Israel del Antiguo Testamento también reconocía la paternidad de Dios en los nombres que les ponían a sus hijos. Los nombres Eliab y Abiel, ambos significan "Dios es mi padre" (Números 1:9; 16:1; 1 Samuel 9:1; 16:6; 1 Crónicas 11:32). Los nombres Abías y Ahí, igualmente significan "Jehová es mi padre" (1 Samuel 8:2; 1 Reyes 14:1; 1 Reyes 18:2).
Como nuestro Padre Dios quiere que seamos un pueblo separado para que podamos ser suyos de una manera muy especial. Dios dilo que El había escogido a Israel para que le fuera "un pueblo único", no en el sentido de que no pudiera haber otro como él, sino en cuanto a la consagración y .santificación que deberían caracterizarlo como pueblo suyo. (Vea Deuteronomio 14:2.) Los mismos términos que se usan en Deuteronomio - "pueblo único" - se traducen como "especial tesoro" en Éxodo 19:5, y en Malaquías 8:17. El Nuevo Testamento nos enseña que como cristianos hemos venido a ser posesión de Dios de una manera especial (1 Pedro 2:9). Si nos separamos de las cosas del mundo y nos consagramos a su servicio y adoración, El se nos manifiesta como nuestro Padre y nos trata como sus hijos.
III. Cuando los cristianos cuidan los unos de los otros 2 Corintios 7:2-16
A. la preocupación de Pablo por los corintios
Ahora el apóstol concentra su atención en la carta a la relación que sostenía con los hermanos de Corinto. El les pidió no solamente que lo recibieran, sino que también le abrieran ampliamente su corazón para darle lugar.
Pregunta: ¿Tenían los corintios una razón legítima para no abrir su corazón a Pablo?
Algunos corintios habían estado acusando a Pablo de cometer algunos errores en su trato injusto hacia algunas personas. Otros lo acusaban falsamente de estar arruinando a la gente en lo financiero, hasta el grado de defraudarlos y engañarlos. Sin embargo, viéndolo bien estos argumentos no tenían validez alguna porque eran formulados por enemigos del evangelio. Por su parte, los creyentes corintios conocían perfectamente bien a Pablo. Ellos sabían que él no era capaz de hacer ninguna de las cosas de las que se le acusaba. Por otra parte, Pablo tampoco mencionaba estas cosas con el ánimo de condenar a los que lo acusaban. En el fondo de su corazón él sentía un verdadero amor hacia ellos. Los tenía en su corazón para morir o vivir con ellos. También se implica aquí que no importando lo que sucediera con él, su amor por ellos permanecería fiel. Si bien algunos le causaban aflicciones y dolor, otros le eran una verdadera consolación y le servían de apoyo moral en medio de sus sufrimientos.
B. Un buen informe acerca de los corintios
Cuando se encontraba en Macedonia, Pablo se sintió bastante preocupado por no saber cómo les iba a ellos en Corinto. Es probable que temiera por el estado espiritual de la iglesia. Pero llegó Tito y le trajo buenas noticias. El se lamentaba por haber tenido que mandarles una carta tan severa cuando ellos no respondieron a 1 Corintios. Sin embargo, la tristeza que les causó dicha carta (la cual no llegó a nuestras manos) obró para bien, "la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación" (versículo 10).
Enseñanza práctica
Hay momentos en que aun en la iglesia se hace necesaria la severidad. A veces, por no ser firmes y por no tener confrontaciones con los que andan mal (lo cual no es nada agradable), las cosas pueden ser más desastrosas para la iglesia.
El reproche no es cosa de la que uno pueda gozarse, y tampoco debe ser así. Vemos con horror que se goza en infligir dolor a otros. Pero ¿qué podemos decir acerca de los que se deleitan en hacer daño a los demás con el veneno de la lengua? ¿Qué diremos de los falsos acusares y los difamadores? Sin embargo hay un tipo de reproche que sí es eficaz y lleva buen fruto en la iglesia - es el que se hace bajo la dirección divina, con amor y con la intención de ayudar a los cristianos para que sean o que deben ser dentro de la familia de Dios.
Pregunta: ¿Qué diferencia hay entre la tristeza que es según Dios y la del mundo?
La tristeza provocada por el mundo conduce a la depresión, la culpabilidad y la miseria; es una tristeza destructiva. En cambio, la tristeza que es según Dios conduce al creyente al arrepentimiento, del cual puede provenir la restauración. Esta fue otra razón por la que Pablo podía tener tanta confianza en ellos.
Enseñanza práctica
Nosotros no podemos tener un corazón amoroso sin amar a la gente. Muchas veces la caridad se expresa sin que haya un verdadero amor que la respalde. Esto ha provocado críticas abundantes contra los líderes de muchas organizaciones religiosas llamadas de caridad. Pero si estamos dispuestos a hacer nuestra parte, Dios hará la suya. Si nosotros actuamos honradamente no tendremos necesidad de defendernos de las falsas acusaciones. Tampoco tenemos que preocupamos por la defensa de la Palabra de Dios. El servicio eficaz empieza cuando nos separamos del mundo y nos consagramos a Dios.
Recordemos que no se necesita mucho para demostrar nuestro amor y preocupación por los demás. Una palabra amable, un gesto amistoso, una actitud compasiva, algunas veces solamente hacer acto de presencia es suficiente.

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lunes, 11 de agosto de 2008

MUCHAS BENDICIONES LES DESEA FLIA. EL CUERVO COMPETICION

Cómo establecer motivos correctos

Verdad central: Los motivos correctos son de importancia fundamental ante los ojos de Dios.
Texto áureo: "Cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público" (Mateo 6:6).
Trasfondo bíblico: Mateo 6:1-18
Bosquejo
I. Motivo para dar
A. Motivos incorrectos
B. Motivos correctos
II. Motivo para orar
A. Oración hipócrita
B. Modelo de oración
III. Motivo para ayunar
A. Abuso del ayuno
B. Ayuno espiritual
Objetivo: Reconocer el valor de los motivos correctos y actuar conforme a ellos.
Introducción
A veces las personas no distinguen a los actores y actrices de la televisión en la vida real de los papeles que desempeñan en las películas. Algunos les han hecho preguntas médicas a actores que hacen el papel de médicos, sin comprender que no son médicos. A menudo a esos actores se les cambia el tipo de personajes que representan en la pantalla.
Aunque es normal que eso ocurra en la televisión, esa manera de actuar no tiene lugar en asuntos espirituales. Eso se hace patente en Mateo 6, cuando Jesús trata sobre tres disciplinas importantes para el cristiano: da orar y ayunar.
Aunque esas tres disciplinas pueden ser eficaces cuando se emplean debidamente, también les dan a los hipócritas la oportunidad de exhibirse. Jesús llamó a los creyentes a que consideraran lo que motivaba su conducta. Los motivos incorrectos anularán cualquier beneficio o recompensa que consideremos que merezcamos.
Comentario bíblico
I. Motivo para dar (Mateo 6:1,2)
A. Motivos incorrectos
El atender a los pobres era una práctica común en la época de Cristo. El Antiguo Testamento mandaba a los israelitas a que ayudaran a los pobres (Levítico 19:9,10). Muchas comunidades tenían funcionarios que recogían y dinero y cosas materiales para darles a los pobres. Para los judíos devotos, el ayudar a los demás era parte importante de su vida social y religiosa. Fue del asunto de ayudar a los pobres de lo que trató Jesús en Mateo 6:1-4.
Aunque muchos identifican la palabra "limosna" en Mateo 6:2 con el dinero, tiene que ver con algo más. La "limosna" tiene que ver con cualquier acto de bondad que se haga para los demás por misericordia y amor.
Pregunta: ¿Cuáles pudieran ser algunos motivos incorrectos para dar?
Aunque la obra caritativa bendice a quien recibe, también da la oportunidad de vanagloria por parte del dador. Jesús indicó que a veces las personas dan para "ser vistos". Quieren atraer la atención sobre sí mismos por sus actos de bondad hacia los demás, asegurándose de que otros sepan cuan generosos son.
Otros pudieran dar por orgullo. Aun cuando la gente no se entere de lo que dan, su propia evaluación exaltada de sí mismos hace que se sientan superiores a los demás.
Por último, algunos pudieran dar porque quieren que quienes reciben se sientan obligados con ellos. Emplean lo que dan como poder sobre los menos afortunados. Pero todas esas actitudes están en contra de la enseñanza de Cristo respecto a nuestra generosidad hacia los necesitados.
Hay una tenue diferencia entre el dar para bendecir a los demás y agradar a Dios y el dar para alcanzar el respeto, la notoriedad y el placer que puede concedernos el dar. Debido a ese peligro, Jesús les dijo a sus discípulos que se "guardaran" respecto a sus obras de misericordia. Quería que se fijaran más en sus actitudes que en sus hechos.
Los fariseos de la época de Cristo comúnmente les daban publicidad a sus actos de generosidad para mostrar cuan justos eran.
Pregunta: ¿Por qué les llamó "hipócritas" Jesús a quienes daban con motivos incorrectos (v. 2)?
La palabra "hipócritas" describía a quienes actuaban en una obra de teatro. Hablaban para producir un efecto, fueran o no ciertas sus palabras. El dar con hipocresía es dar por motivos incorrectos ––llamando la atención hacia sí mismo— y no un deseo de aliviar la necesidad humanar
Jesús les dijo a sus discípulos: "No hagas tocar trompeta delante de ti." Aunque es probable que Jesús no estuviera refiriéndose al verdadero toque de trompeta, se refería al acto de llamar la atención sobre sí mismo.
Debemos tener cuidado de que nuestros actos de bondad no tengan motivos incorrectos. Jesús les advirtió a quienes dan por motivos incorrectos que perderán su recompensa.
La frase "Ya tienen su recompensa" era un término comercial que indicaba que "todo estaba pagado". No recibirían ninguna otra recompensa. Los que no hacen caso de la enseñanza de Cristo sólo se engañan a sí mismos. Mientras buscan el aplauso público, se pierden lo más importante —la recompensa de Dios en este siglo y en el venidero.
B. Motivos correctos
Pregunta: ¿Cómo podemos asegurar qué nuestros motivos para dar sean correctos?
En Mateo 6:3, Jesús resumió su método de dar. Él dijo: "No sepa tu izquierda lo que hace tu derecha." Su método de dar incluye secreto.
Pregunta: ¿Cómo es posible dar sin permitir que sepa tu "izquierda lo que hace tu derecha"?
Pudiéramos maravillarnos ante la imposibilidad de dar según las instrucciones de Jesús. Pero Jesucristo quiere que sus discípulos den de tal manera que no se vanaglorien de sus buenas obras ni de sus sacrificios. En otras palabras, no debemos dar publicidad a nuestras dádivas ni estar recordando nuestra generosidad.
Sin embargo, el silencio y la privacidad al dar no quiere decir que nunca se verá nuestra generosidad. El Señor la reconocerá y nos recompensará por nuestra generosidad (v. 4).
Pregunta: ¿Cómo puede incluso el dar en secreto tener motivos incorrectos?
Aun el dar en secreto puede tener motivos impuros, sobre todo si hemos dado únicamente para recibir una bendición. Jesucristo quiere que nos aseguremos de que damos por motivos correctos: agradar al Señor y ayudar a alguien. Dios recompensará esa forma de dar.
II. Motivo para orar (Mateo 6:5-8)
A. Oración hipócrita
En las sinagogas de la época de Cristo, se acostumbraba que un hombre dirigiera la oración en público de pie delante de la congregación. Como los judíos oraban tres veces al día, también era común ver a alguien de pie en una calle a la hora de la oración, con el rostro en dirección al templo, y orando. Jesús no condenó esas oraciones públicas. Más bien condenó la actitud equivocada como el fundamento de esas oraciones públicas.
Pregunta: ¿Cuál es el propósito de la oración?
La oración es la forma en que conversamos con Dios. Dios nos ha ordenado que le presentemos nuestras necesidades. Mediante la oración, hallamos fortaleza para afrontar las dificultades de la vida.
Pregunta: ¿Cómo puede volverse la oración un acto de hipocresía?
Si no tenemos cuidado, la oración pública puede emplearse fácilmente para demostrar cuan "espirituales" somos. Quienes escuchan nuestras complicadas y al parecer autoritarias oraciones pudieran pensar que tenemos una relación especial con Dios.
A veces se le ha llamado a la oración "el más elevado empleo del lenguaje humano", "la armadura para la batalla"o "el alma de rodillas". Jesús puso en claro que es importante la oración; no debe reducirse a un medio de simulación.
El consejo de Jesús respecto a la oración se oponía al abuso de la oración por parte del fariseo. En lugar de hacer un simulacro de oración pública. Jesús enseñó a sus discípulos a que oraran en secreto (v. 6).
A fin de subrayar la importancia de nuestra comunión con Dios, Jesús le dijo a cada uno de sus discípulos que entrara en su "aposento" y que cerrara "la puerta". Una puerta cerrada muestra que debemos interesarnos más en que Dios nos escuche que en que los demás nos escuchen orando. Entonces cuando oremos, nuestro Padre "que ve en lo secreto" nos recompensará "en público". El testimonio público de una vida de oración no es la elocuencia de nuestras oraciones públicas. Más bien, es la relación que tengamos con Dios gracias a nuestra estrecha relación con Él.
Jesús no prohibió que se orara en público. La Iglesia primitiva también oraba públicamente. Pero la oración pública nunca debe convertirse en espectáculo para impresionar a los demás. Más bien, en nuestras oraciones públicas, necesitamos el toque de Dios para las necesidades de los demás. La eficacia de nuestras oraciones no es resultado de nuestras palabras sino del hecho de que hemos pasado tiempo con Dios en la oración privada.
Dios no contesta nuestras oraciones basándose en la extensión ni en la repetición. La repetición caracterizaba las oraciones de los paganos en la época de Cristo. Los paganos repetían los nombres de sus deidades o expresaban sílabas sin sentido empleadas en encantamientos mágicos en sus oraciones. Esos paganos esperaban que la extensión de sus oraciones les ganara el favor de su dios.
Pregunta: ¿Acaso la afirmación de Jesús respecto a la repetición en la oración prohíbe que se ore por la misma necesidad más de una vez? ¿Por qué sí o por qué no?
Algunos enseñan que los creyentes no deben orar por nada más de una vez. El hacerlo es falta de fe. Pero la enseñanza de Jesús no prohíbe que se ore más de una vez por las necesidades. Eso sería contrario a su parábola de la viuda insistente en Lucas 18:1-8. Tampoco Jesús condenó la prolijidad en la oración. Él mismo pasó toda una noche en oración (Lucas 6:12). Lo que Jesús condenaba era una actitud del corazón, la creencia de que se nos oirá gracias a lo extenso de nuestras oraciones. Cuando eso motiva nuestra oración, nuestro esfuerzo pierde de vista el propósito que Dios tuvo para la oración.
B. Modelo de oración
Tal como hizo con el asunto de dar, Jesús pasó de lo que no es la oración a lo que sí es la oración. Lo hizo presentando un modelo de oración que se conoce hoy comúnmente como el padrenuestro.
Mientras la oración hipócrita se interesa más en la alabanza de los demás, la verdadera oración se concentra en Dios que es nuestro Padre y en nuestra relación con Él (v. 9). Después de todo. Dios es la fuente de las respuestas a nuestras oraciones.
La frase "santificado sea tu nombre" reconoce la santidad de Dios. Como Dios es santo, no debemos acercarnos a Él con petulancia ni irrespetuosamente. Él es el Dios soberano sobre toda la tierra.
Aunque podemos ir ante su presencia, debemos hacerlo con reverencia.
El reino de Dios es un tema central no sólo de los Evangelios, sino de toda la Biblia. Aunque el reino de Dios está en nosotros (Lucas 17:21), un día Dios establecerá su reino eterno. Se indican esos dos aspectos en la petición de Cristo en el versículo 10.
Cuando oramos "venga tu reino", queremos que su reino se manifieste en el corazón de nuestros familiares y amigos inconversos. Pero también anhelamos el día en que el gobierno de Dios se extenderá por toda la tierra. Entonces no habrá más tristeza ni dolor.
En Mateo 6:11-13, Jesús exhortó a sus discípulos a que confiaran en Dios día a día. La frase "el pan nuestro de cada día" significa algo más que el alimento. Dios es la fuente de todo lo que necesitamos.
El pecado impide que tengamos una buena relación con Dios. Pero Dios ha provisto un medio para que seamos limpios de pecado: pedirle a Dios que nos perdone nuestro pecado (v. 12).
Cuando servimos a Cristo, pronto descubrimos que nuestra oración pidiendo perdón incluye a los demás. Nuestra petición de perdón está modificada por la frase "como también nosotros perdonamos a nuestros deudores". Si no estamos dispuestos a perdonar a otros, no tenemos ningún derecho de pedirle a Dios que nos perdone.
Como vivimos en un mundo malvado, sufrimos la tentación de pecar. Pero no podemos ver cuan cerca del pecado estamos sin que en realidad pequemos. Debemos reconocer nuestras propias debilidades y pedirle a Dios que nos aparte de las cosas que pudieran llevarnos al pecado (v. 13).
Para que sea eficaz nuestra oración, no podemos tener un espíritu implacable (w. 14,15). Jesús volvió a tratar el asunto de nuestro perdón a los demás.
III. Motivo para ayunar (Mateo 6:16)
A. Abuso del ayuno
El tercer asunto que Jesús trató respecto a los motivos fue el ayuno. Al igual que en cuanto al dar y al orar, Jesús no criticó la práctica del ayuno, sino el motivo incorrecto de su abuso.
La ley mosaica exigía un ayuno anual el día de la expiación (Levítico 16:29,31), aunque muchos fariseos ayunaban dos veces a la semana. Al igual que de otros actos de piedad, los fariseos abusaban del ayuno.
Pregunta: ¿Cómo puede abusarse del ayuno?
Los fariseos redujeron la práctica del ayuno a un exhibicionismo de cuan buenos y justos eran. Cuando ayunaban, demudaban su rostro, se echaban cenizas en el cabello y se negaban a lavarse la cara. La apariencia de los fariseos durante sus ayunos sólo tenía el propósito de atraer la atención a su piedad. Pero al igual que el dar y el orar, los que ayunaban con motivos incorrectos ya tenían su recompensa.
B. Ayuno espiritual
Pregunta: ¿Cómo el ayuno de los fariseos se oponía al verdadero propósito del ayuno?
El día de la expiación, el ayuno era indicio de humildad respecto a la confesión de pecado. De igual manera, el ayuno de hoy implica abnegación para concentrarse en Dios y creer humildemente en que Él actúe a favor de nosotros. La palabra clave en la enseñanza de Jesús es "secreto": no darle entender a nadie que se está ayunando.
El único que debe saber que estamos ayunando es el Señor. Cuando les decimos a otros que estamos ayunando, nuestro ayuno pudiera volverse un medio de vanagloria en vez de una verdadera búsqueda de Dios.
Si seguimos los principios del ayuno establecidos por Jesús como se muestran en el Sermón del Monte, dejaremos pocas posibilidades de ceder a la tentación de buscar la gloria de nosotros mismos. Y en el proceso, recibimos la recompensa que el Señor tiene para nosotros.
Aplicación:
Esta lección subraya la importancia de los motivos correctos en su vida cristiana. Tal vez el Espíritu Santo le haya mostrado que los motivos de usted en determinados aspectos han sido incorrectos. De ser así, pídale a Dios que le ayude a evaluar sus motivos conforme a la Palabra de Dios. Luego pídale a Dios que le ayude a cultivar un motivo bíblico para servir a Cristo.
No permita que el enemigo le impida servir con eficiencia a Dios. Si fracasa en sus intentos por servir con motivos bíblicos, pídale a Dios que lo perdone. Aproveche su fracaso como una experiencia de aprendizaje y siga sirviendo a Cristo con motivos correctos.

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domingo, 10 de agosto de 2008

Cómo crecer en la fe

Verdad central: La fe en Dios crece mediante la disciplina y el servicio espiritual.
Texto áureo: Debemos siempre dar gracias a Dios por vosotros... por cuanto vuestra fe va creciendo (2.Tes..1:3).
Trasfondo bíblico: Mar. 1:14,15; 4:14-20; Luc. 17:5-10; Rom. 10:16,17; Col. 2:5-7; Judas 20,21.
Bosquejo
I. Crea la Palabra de Dios
A. La Palabra de Dios anunciada
B. La Palabra de Dios creída
II. Sirva al Señor
A. Fe fructífera
B. Deber constante
III. Practique disciplinas espirituales
A. Progreso espiritual
B. Edificación espiritual
Objetivo:
Examinar los principios del crecimiento en la fe y vivir según ellos.
Introducción
Alguien ha comentado: "Cualquiera puede contar las semillas que hay en una manzana. Hay que ser una persona de fe para contar las manzanas que hay en una semilla."
La fe en Dios hace posible el llevar una vida cristiana triunfante y es un requisito indispensable si se ha de agradar a Dios. Es lo que nos permite creer que Él existe y que es galardonador de los que le buscan (Hebreos 11:6). La fe cree en lo imposible porque "para Dios todo es posible" (Mateo 19:26).
La fe bíblica no es una fórmula mística y mágica que podamos usar para lograr todos nuestros deseos. Es una fuerza poderosa en nuestra vida para el servicio espiritual al Señor. La fe implica obediencia basada en la fe y la confianza en la Palabra, el carácter y las promesas de Dios. Mediante la fe, el Espíritu Santo da el poder, la confianza y la ayuda que necesitamos cada día a fin de vivir para el Señor
Comentario Bíblico
I. Crea la Palabra de Dios (Marcos 1:14,15; 4:14,20)
A. La Palabra de Dios anunciada
Jesús viajó desde Judea hasta Galilea después que Juan fue encarcelado (Marcos 1:14). A Juan el Bautista lo encarcelaron porque reprendió al rey Herodes por sus pecados, sobre todo el pecado que tenía que ver con Herodías, la esposa de su hermano (Lucas 3:19,20).
Jesús anunció las buenas nuevas del reino (vv. 14,15). Se requiere arrepentimiento y fe en Jesucristo para entrar en el reino de Dios.
Pregunta: ¿Qué significa arrepentimiento?
Arrepentimiento significa cambiar la mente y la actitud de uno, y apartarse del pecado y volverse a Dios. Una persona arrepentida debe lamentar sinceramente su pecado y cambiar su manera de vivir.
La fe incluye el confiar en Dios y depender de su perdón y su ayuda en la vida. El Señor quiere que todas las personas crean y se salven (2 Pedro 3:9).
En la parábola del sembrador (Marcos 4:3-20), la semilla representa la Palabra de Dios; el sembrador, el que predica el evangelio; y los terrenos, las distintas condiciones del corazón humano. Jesús presentó cuatro condiciones del corazón: duro, poco profundo, entre espinos y fructífero. El corazón duro resiste a la Palabra de Dios. El corazón superficial no tiene profundidad espiritual alguna. El corazón entre espinos permite que los afanes e intereses del mundo estorben la obra poderosa de la Palabra de Dios. El corazón fructífero está plenamente preparado para oír, recibir la Palabra y aplicarla a su vida. Ese corazón da una abundante cosecha espiritual para el Señor.
Es imprescindible que se siembre la Palabra de Dios. Tiene gran potencialidad porque origina cambios positivos en la vida de uno (véase Salmo 119:11,105; Juan 17:17). La Palabra de Dios es el fundamento sobre el cual las personas edifican toda su vida (véase Deuteronomio 8:3; Mateo 4:4). Jesús anunció el evangelio para que las personas se salvaran, le sirvieran y difundieran las buenas nuevas.
B. La Palabra de Dios creída
Pablo sabía que muchos de los israelitas habían rechazado el evangelio (Romanos 10:16). El Antiguo Testamento presenta muchas profecías de la venida del Mesías. Algunos que la rechazaron eran tercos, legalistas y duros de corazón, sin lugar en su vida para aceptar la gracia de Dios.
Se mostró esa gracia en los milagros de Dios, el sistema expiatorio, el ministerio sacerdotal y la provisión para su pueblo. Los que creyeron en la Palabra de Dios disfrutaron de sus promesas, su poder y su presencia en su vida. Anhelaban el día en que vendría el Mesías y establecería el reino de Dios y reinarían los justos. Hoy muchos rechazan las buenas nuevas del perdón y de la salvación de Dios.
Pregunta: ¿Por qué rechaza la gente el evangelio?
Algunos no creen en el infierno. Otros temen perder a sus amigos o renunciar a placeres terrenales. Muchos pasan por alto la necesidad de ayuda espiritual. Otros oyen el evangelio, pero no lo entienden y "viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón" (Mateo 13:19).
Cuando está preparado nuestro corazón, recibimos el evangelio y damos fruto. El crecer en la fe incluye el oír el evangelio anunciado (Romanos 10:17).
Pregunta: ¿Cómo podemos preparar el corazón para recibir la Palabra de Dios?
Debemos pedirle al Espíritu Santo que nos ayude a creer. Además, tenemos que desear que la Palabra nos ayude a crecer en la fe (1 Pedro 2:2). El crecer en la fe abarca más que simplemente escuchar lo que la Biblia dice. Hay que entender y aplicar la verdad de Dios a todas las circunstancias de la vida. La Palabra de Dios resulta poderosa y eficaz cuando la creemos, aceptamos y aplicamos a la vida diaria (Hebreos 4:12).
Los cristianos tienen la responsabilidad de predicar el evangelio de Jesucristo. La fe "es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios" (Romanos 10:17La gente anda en busca de ayuda, sentido en la vida y satisfacción espiritual. Los cristianos tienen las respuestas en las buenas nuevas de Jesucristo. Él espera que les den sus buenas nuevas a los demás. La última orden que dio Jesús antes de su ascensión fue que se proclamara el evangelio (Mateo 28:18-20; Lucas 24:45-48).
Los cristianos sienten un gozo extraordinario cuando le hablan a alguien de Jesucristo y de su amor. Nuestra responsabilidad es hablar. El Señor es el que salva, perdona, sana y guarda a quienes aceptan su gracia. Pero las personas tienen que oír antes que puedan creer. ¡Nos corresponde a nosotros ir y hablarles de Jesucristo para que crean en Él!
II. Sirva al Señor (Lucas 17:5,6)
A. Fe fructífera
Lucas y Mateo transcribieron la enseñanza de Jesús acerca del perdón (Lucas 17:1-4; Mateo 18:21,22). Mateo indica que esa enseñanza se presentó debido a una pregunta que hizo Pedro.
Pedro consideró que siete veces era suficiente para perdonar algo malo que le hubieran hecho. Algunos rabinos de la época de Cristo enseñaban que se debía perdonar sólo tres veces. La respuesta de Jesús, "setenta veces siete", quería decir perdón ilimitado (Mateo 18:22). No hay límite alguno donde hay fe y amor genuinos.
Pregunta: ¿Por qué es a veces difícil perdonar?
La naturaleza humana nos hace difícil el perdonar a los demás. Algunos no han aprendido a perdonar y a librarse de rencores.
Durante el discurso de Jesús acerca del perdón, los apóstoles le pidieron que les aumentara la fe (Lucas 17:5). Comprendían su falta de fe para perdonar como había enseñado Jesús. Como respuesta. Jesús puso de relieve la potencialidad y el poder de la fe (v. 6).
Pregunta: ¿Por qué es importante la fe para la vida cristiana?
La fe viva, poderosa y activa es el fundamento sobre el cual se edifica toda la vida cristiana. Una forma en que se ejemplifica eso es mediante el perdón que Jesús enseñó. La fe en Jesucristo se expresa en el servicio sincero y en la victoria espiritual.
Jesús comparó la fe con la semilla de mostaza (v. 6). La semilla de mostaza es pequeñita, pero crece hasta convertirse en árbol con grandes ramas y mucho fruto. Una pequeña cantidad de fe es eficaz para romper las cadenas de la falta de perdón. Jesús ilustró este concepto enseñando que una pequeña cantidad de fe podía arrancar de raíz un sicómoro y echarlo en el mar.
En esta ilustración. Jesús empleó una figura de dicción llamada hipérbole. Una hipérbole es una exageración de un concepto o una verdad para captar la atención y subrayar un punto importante. La proposición que estaba tratando de establecer era que una pequeña cantidad de fe, la fe que ya uno tiene, posee una potencialidad extraordinaria para los cristianos.
El sicómoro tiene fuertes raíces. Esa ilustración puso de relieve que una pequeña cantidad de fe es más poderosa que las raíces de la falta de perdón o la dificultad. Cuan emocionante es la verdad que se revela en este pasaje: Dios, deseando obrar en nuestra vida, responde a la fe que tenemos en Él, aun a la "fe [tan pequeña] como un grano de mostaza" (v. 6).
B. Deber constante
Pregunta: ¿Por qué hizo resaltar Jesús el deber constante?
En esa parábola Jesús hizo resaltar el deber de un siervo con su señor (Lucas 17:7-10). Un señor nunca serviría al siervo. Más bien esperaría que su siervo lo ayudara. Se supone que un siervo preste fielmente su servicio porque ese es su deber. Se pone de relieve ese principio muchas veces en la Biblia (Efesios 6:6,7).
El Señor espera fidelidad, ya sea que el servicio se haga en público o en privado. Los cristianos sirven sin considerar el reconocimiento, el aprecio ni los beneficios recibidos. La actitud del servicio cristiano debe ser amar a Dios y a las personas.
Pregunta: ¿Cómo contribuye a edificar nuestra fe el servir a Dios?
David tuvo la fe para derrotar a Goliat porque sabía cómo lo había ayudado Dios a derrotar al león y al oso (1 Samuel 17:37). A los discípulos se les reprendió por tener poca fe cuando interpretaron mal la advertencia de Jesús contra la levadura de los fariseo y de los herodianos (Marcos 8:14-21). Pensaron que estaba molesto porque no habían llevado pan. Jesús les recordó los milagros de alimentación de las multitudes.
La fe de los discípulos debió haber crecido gracias a esas experiencias de la milagrosa provisión de Dios. Pero no habían crecido aun lo suficiente en su fe y comprensión de Dios para reconocer que Él supliría para la necesidad. El recordar lo que ha provisto Dios en el pasado nos ayudará a creer en Él para lo que necesitamos hoy.
III. Practique disciplinas espirituales (Colosenses 2:5-7)
A. Progreso espiritual
Pablo nunca había estado en Colosas; sólo había oído de la fe de ellos en el Señor (Colosenses 1:4,9). Epafras, quien probablemente se salvara mediante el ministerio de Pablo en Éfeso, predicó en Colosas y ayudó a establecer aquella iglesia (v. 7).
Pablo exhortó a los cristianos colosenses que siguieran fieles al Señor (2:5-7). No quería que fueran engañados por las falsas doctrinas que se habían infiltrado en la iglesia. Pablo refutó esas doctrinas a lo largo de toda esa epístola.
Entre las falsas doctrinas que había en Colosas estaban el ritualismo (Colosenses 2:16,17); el ascetismo (v. 21); la adoración de ángeles (2:18); la interpretación equivocada de la naturaleza de Jesucristo (v. 3,9); el conocimiento secreto (v. 18); y confianza en la sabiduría humana (vv. 4,8). Aun en la actualidad hay personas que luchan con muchas de esas cuestiones.
En el mundo actual, muchos falsos maestros dicen tener poderes espirituales extraordinarios, anunciando un resonante mensaje positivo. Sin embargo, están lejos de las sanas enseñanzas de la Biblia. Los cristianos deben cuidarse de la falsa doctrina. Deben estar firmes en sus creencias para que no influya en ellos y los engañe la falsa enseñanza.
Pablo empleó imágenes conocidas para hacer resaltar la necesidad de crecimiento y estabilidad espiritual. Él empleó ilustraciones verbales alusivas a un ejército, un árbol, un edificio, una escuela y un río a fin de mostrar distintos aspectos del crecimiento cristiano.
Los términos "orden" y "firmeza" (v. 5), alude a un ejército debidamente alineado para la batalla. Los soldados deben estar adiestrados, preparados para la lucha, y deben obedecer las órdenes. También los cristianos deben estar preparados para la lucha espiritual (Efesios 6:10-18).
La palabra "arraigados" (Colosenses 2:7) es un término agrario. Nos recuerda un árbol enraizado, que crece robusto. De igual manera, un cristiano está arraigado al creer en Jesucristo y crece en la fe y lleva fruto (Juan 15:1-8).
La palabra "sobreedificados" (Colosenses 2:7) es un término arquitectónico. Indica que la construcción sigue en progreso. Eso puede alentar nuestra fe, sabiendo que Dios no ha terminado con nosotros todavía.
Empleando la frase "como habéis sido enseñados", Pablo presentó la idea de una escuela para ilustrar la necesidad de instrucción en la Palabra de Dios. El estudiar la Biblia con la iluminación del Espíritu Santo ayuda a los cristianos a crecer en la fe.
La última ilustración verbal que Pablo empleó para el crecimiento cristiano se encuentra en la palabra "abundando". Esa palabra sugiere un río desbordado. Los cristianos han de desbordarse con acción de gracias al Señor por sus bendiciones.
B. Edificación espiritual
Pregunta: ¿Por qué deben orar los cristianos?
El fundamento de una vida cristiana es su "santísima fe" (Judas 20). La oración resulta en edificación espiritual. Edificación significa crecer o fortalecerse.
La oración es más que pedirle al Señor que satisfaga nuestras necesidades. Oración es la comunión con el Señor en la que los creyentes buscan, aprenden y obedecen la voluntad de Dios (Hechos 4:23-31). Cuando los cristianos pasan tiempo con Jesucristo en la oración, se vuelven espiritualmente fuertes y están preparados para enfrentarse a las inesperadas dificultades de la vida.
La frase "orando en el Espíritu Santo" (v. 20) sin duda incluye el orar en lenguas, o como dicen algunos, empleando nuestro lenguaje de oración. Pero la Biblia no lo limita a eso.
Efesios 6:18 nos alienta a que oremos siempre con toda oración y con específica súplica en el Espíritu. Eso indicaría el orar en el Espíritu con nuestro entendimiento en nuestro propio idioma además de orar en lenguas. Asimismo, en 1 Corintios 14, Pablo habló de orar con el espíritu (en lenguas) y con el entendimiento (en un idioma conocido).
El Señor desea que sus hijos crezcan en la fe y que permanezcan en su amor hasta que los lleve al cielo (v. 21). Una fe creciente recibe la misericordia de Dios, y por último nos da vida eterna.
Aplicación
La fe proporciona un fundamento sobre el cual edificar nuestra vida espiritual e influye en toda nuestra manera de vivir. Mediante la fe, vivimos en una diaria expectativa de la bondad de Dios.
Esta lección ha descrito cómo podemos crecer en la fe cristiana mediante la disciplina y el servicio espiritual. La fe crece cuando activa y constantemente estudiamos la Biblia, oramos, crecemos en las pruebas y dependemos del Espíritu Santo. La fe mantiene a los cristianos en el amor y la misericordia del Señor. La fe es un requisito indispensable, porque sin ella no se puede agradar a Dios (Hebreos 11:6)
Debemos oír, entender y aplicar la verdad de Dios a nuestra vida. No debemos permitir que la dureza espiritual, las emociones ni el afán de este siglo estorben la potencialidad del evangelio en nosotros. La Palabra de Dios es eficaz en ayudar que la fe crezca y es el fundamento seguro sobre el cual se edifica la vida de uno.
Los creyentes deben mostrar crecimiento en la fe. El perdón es una forma de mostrar esa fe creciente. También se expresa mediante el fiel servicio cristiano. Además, cumplir nuestro deber indica genuino amor al Señor. Por último, una actitud agradecida caracteriza la fe creciente.

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